Otra “Misión imposible”, a puro efecto y poca emoción

 Otra “Misión imposible”, a puro efecto y poca emoción

369 días de rodaje, 105 actores y actrices, el triple de extras, 70 dobles de cuerpo y de riesgo, cuatro orquestas, 1715 técnicos y artistas detrás de las cámaras, incluyendo 379 especialistas en efectos especiales mecánicos, visuales y digitales, amén de varios aprendices en diversas secciones y 19 locaciones en cuatro países, desde el desierto de Liwa con tormenta de arena inventada y la inmensa terminal Midfield del aeropuerto de Abu Dhabi, hasta el pico Helsetkopen, ideal para tirarse en moto al vacío, y otros lugares de Noruega que en la película se anuncian como Alpes Austríacos, pasando por algunos lugares plácidos de Inglaterra, las escaleras de la Piazza di Spagna y el barrio de Monti sufriendo los daños de una persecución automovilística, más una fiesta en el Palacio Ducal y un duelo en el puente Conzalfeti de Venecia, todo eso, y algo más, se apunta en la nueva “Misión Imposible” que ahora vemos.

A propósito de puente, ahí se ve al ya centenario Kylling nórdico digitalmente reventado. Se dice que el director McQuarrie tenía toda la santa intención de volar de veras uno cerca de Polkewice, Polonia, y no lo dejaron. Todo no se puede. Pero hubiera sido lindo que pudieran, al menos, cortar algo de los 164 (ciento sesenta y cuatro) minutos que tiene la obra, porque cuando llega la parte más impresionante el público ya está cansado -y hasta esa parte no hubo nervios ni emoción, sino apenas agitación, amable abuso de convenciones remanidas y algunos diálogos explicativos que aportan a la confusión-. Todo muy lindo de ver, y es admirable cómo lo hicieron, pero nada más.

No hay emoción ni cuando se muere uno de los personajes más queridos de la “saga”. Respecto a explicaciones, se dice que un misterioso organismo está penetrando en los sistemas de todos los servicios de inteligencia (ni hablar de los aparatos personales), y solo le falta una pavadita para dominar el mundo. A su servicio hay gente capaz de vender a su madre, o su nación, con tal de hacerse unas rupias, y entre esa calaña buscan nuestros amigos de siempre el modo de evitar que esa pavadita caiga en malas manos. Los ayudará una ladrona honrada, valga la paradoja, vagamente parecida a Florinda Bolkan. Y los estorbará el malo de siempre, el sonriente asesino con nombre de arcángel. Lo que vemos lleva por subtítulo “Sentencia mortal. Parte 1”. Ojalá en la parte 2 maten a ese tipo de una buena vez, se terminen las misiones, que ya van por la séptima, y se vaya Tom Cruise a su casa a tomar mate tranquilo.

“Misión imposible. Sentencia mortal, parte 1” (Mission: Impossible- Dead Reckoning- Part One, EE.UU., 2023). Dir.: C. McQuarrie. Int.: T. Cruise, H. Atwell, E. Morales.

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