Conductores suspenden paro y los buses rodarán desde el 24 de marzo

El paro de transportistas urbanos complicó la movilidad de miles de guayaquileños, quienes tuvieron que ingeniar maneras para trasladarse de un lado a otro, en medio de fuertes lluvias e inundaciones que se registran por la temporada invernal.

La Federación de Transportistas Urbanos del Guayas (Fetug) guardó el 23 de febrero sus unidades para exigir el aumento de la tarifa del pasaje de 30 a 40 centavos. La medida fue anunciada como indefinida.

No obstante, en horas de la tarde, los choferes decidieron levantar la suspensión de actividades, luego de aceptar la propuesta de diálogo con el alcalde electo de la ciudad, Aquiles Álvarez, que fue planteada por el gobernador del Guayas, Francesco Tabacchi, para el próximo 5 de abril, con la finalidad de tratar el alza del pasaje.

Los choferes indicaron que entregarán toda la información que requiera la nueva autoridad municipal para que realice un estudio técnico que determine el valor real de la tarifa, algo que no pudo realizar la administración saliente de Cynthia Viteri.

Durante la mañana y tarde, los ciudadanos fueron los más perjudicados con esta medida, ya que en el afán de movilizarse hacia sus lugares de trabajo tuvieron que pagar tarifas elevadas que impusieron los dueños de taxis amarillos e informales que circularon con normalidad para cubrir la falta de servicio de los buses.

Muchos tuvieron que esperar por varias horas debajo de algún paradero para que alguien les dé el ‘aventón’ y poder continuar con sus actividades cotidianas.

“No es justo que nos hagan esto. Entiendo que necesiten subir el pasaje, pero no es posible que dejen a más de medio Guayaquil sin transportación”, reclamó Wilson Muñoz, quien estuvo por más de dos horas esperando un vehículo en la terminal terrestre de Guayaquil.

El servicio de Metrovía laboró con cerca de 200 unidades y varios expresos escolares también prestaron servicio.

Sin importar la lluvia de la mañana, los transportistas se concentraron para marchar desde el parque La Victoria, en la avenida Quito, hasta el edificio de la Gobernación, en la calle Malecón, con la finalidad de que sus reclamos sean escuchados.

Christian Sarmiento, dirigente del gremio, justificó la medida al reiterar que han sido costosos los gastos de mantenimiento de los buses y que ello los obliga a pedir un alza en el valor del pasaje.

En medio de este problema, las reacciones de las autoridades locales fueron opuestas.

El gobernador escuchó al gremio. Mientras que la alcaldesa anunció que había puesto una demanda en la Fiscalía en contra de los choferes, por paralizar un servicio público.

“Por mí, pueden seguir marchando y gritando; pero no voy a subir el precio del pasaje”, agregó, al señalar que durante estos años los transportistas no han mejorado su servicio.

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