Alexis Michalik: “Cyrano es el magnífico perdedor”

 Alexis Michalik: “Cyrano es el magnífico perdedor”

“Los Cyranos de hoy son todos aquellos que luchan con gracia por una causa ya perdida. Cyrano es la obra favorita de los franceses, puesta en escena, llena automáticamente las salas...”, dice Alexis Michalik, actor y director francés que estrena en el Alvear su premiada pieza “Edmond”, sobre el autor de Cyrano, Edmond Rostand. Ganadora de cinco premios Molière y con más de 800 mil espectadores desde su estreno en 2016 en el Théâtre du Palais Royal de París, se trata de una comedia en la mejor tradición de los grandes espectáculos de troupe del siglo XIX. Con traducción y adaptación de Fernanda Cava y Gabriela Ricardes, cuenta con un numeroso elenco encabezado por Miguel Ángel Rodríguez, Felipe Colombo y Vanesa González.

En la pieza, Rostand, creador del personaje, es un hombre frustrado: aún no ha cumplido los 30 y ya tiene dos hijos. Lleva dos años sin escribir, pero promete al gran actor Coquelin una nueva obra. Sólo conoce el título: Cyrano de Bergerac. Quiere escribirla en verso y está decidido a conseguirlo, ignorando los caprichos de las actrices, las exigencias de sus productores, los celos de su mujer, los enredos amorosos de su mejor amigo y la falta de entusiasmo de todos los que le rodean. En ese eje temporal se centra Michalik, sin llegar al final de la vida de Edmond, muerto de fiebre española, el covid de hace un siglo.

Michalik, “niño maravilla” de la escena francesa, es uno de los fenómenos teatrales más relevantes de la última década. Esta es su tercera obra y tras el éxito desde su estreno, filmó la versión cinematográfica. Dialogamos con él.

Periodista: ¿A qué atribuye el éxito de esta comedia?

Alexis Michalik: En Francia, como en la Argentina, estamos muy apegados a la cultura y tenemos la suerte de tener un público teatral muy presente. Al contar, en Edmond, la génesis de Cyrano, sabía que el público tendría curiosidad pero no podía imaginar semejante éxito. La obra se exhibe en el Théâtre du Palais Royal desde 2016 y se ha representado más de 2000 veces en Francia.

P.: ¿Cómo está el teatro en Europa?

A.M.: En Europa el teatro tiene un lugar importante en el sistema cultural. Suele estar muy apoyado por el Estado, principalmente en los países del Este, del antiguo bloque soviético, que no tienen, en rigor, un teatro privado. En occidente, en Inglaterra, España, Francia, Alemania o Italia, existe, además del teatro público, un importante teatro privado que acoge, por ejemplo, grandes producciones musicales o comedias populares, un poco como en la Argentina, me parece.

P.: ¿Cómo imaginó esa primera representación del clásico Cyrano de Bergerac?

A.M.: Edmond es una ficción, una comedia heroica y romántica, exactamente como Cyrano de Bergerac. El verdadero Cyrano existió en el siglo XVII, pero Rostand novela su vida para crear una obra maestra, en 1897 en París. Le ofrezco, en homenaje, el mismo tratamiento: no se trata de un documental sino de una obra novelada, pero muy documentada.

P.: ¿Cuáles fueron esas dificultades que enfrentó Rostand para montarla en 1897?

A.M.: Cuando la escribió tenía apenas 28 años. Era un joven dramaturgo que hasta ese momento no había escrito más que fracasos. Se encuentra al mando de una auténtica superproducción teatral, 100 actores en escena, en la que, en el fondo, nadie cree. Justo antes del estreno, se encuentra con Coquelin, el actor que interpreta a Cyrano, aquí Miguel Ángel Rodríguez, y se disculpa por haberlo metido en ese lío.

P.: ¿Qué significa el personaje de Cyrano? ¿Hay hoy un Cyrano?

A.M.: Cyrano es el favorito de los franceses: es un perdedor magnífico, un artista fracasado pero un poeta sublime, divertido, valiente y lleno de gracia. Incluso hoy, en Francia, se valora más a las personas que resisten que a las que triunfan.

P.: ¿Cómo describe la intimidad del teatro?

A.M.: Edmond es un homenaje al teatro y a la creación en general. Es una obra que habla de una obra, un dramaturgo (yo) que cuenta la historia de un dramaturgo (Rostand) que cuenta la historia de un dramaturgo (Cyrano). Es una triple puesta en abismo sobre el teatro. Todos los obstáculos que encuentra Edmond obviamente están inspirados en los obstáculos con que me puedo haber encontrado yo o cualquiera cercano a la profesión. Pero al final, la obra termina haciéndose y, con un poco de suerte, sucede la magia.

P.: ¿Sabe algo del teatro argentino?

A.M.: El modelo argentino es el resultado de dos grandes influencias: Europa -y un teatro público muy desarrollado- y Estados Unidos, con la avenida Corrientes, que sería el equivalente a un Broadway Latino, un centro de teatro para toda América Latina. Pude constatar lo mucho que a los argentinos les gusta el teatro, lo que lo convierte en un arte popular, y espero que este espectáculo sea el primero de una larga serie de incursiones argentinas para mí.

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