En junio, los precios de las importaciones en Estados Unidos experimentaron una disminución significativa debido a los descensos en varios sectores, lo cual compensó ampliamente el incremento en el costo de los combustibles. Este fenómeno es un claro indicio de que las presiones inflacionistas sobre la economía están disminuyendo.

Según el informe del Departamento de Trabajo publicado este viernes, los precios de importación registraron una caída del 0,2% el mes pasado. Cabe destacar que los datos de mayo fueron revisados, revelando una disminución del 0,4% en lugar del 0,6% anunciado previamente.

Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado una caída del 0,1% en los precios de importación, excluyendo los aranceles. En comparación con junio del año anterior, los precios de importación han bajado un 6,1%, marcando la mayor disminución interanual desde mayo de 2020, cuando se registró un descenso del 5,7% en mayo.

Los precios anuales de las importaciones han mostrado una tendencia a la baja durante cinco meses consecutivos. Este informe se suma a los datos de esta semana que indican que los precios al consumidor y al productor han aumentado de manera moderada en junio, lo que sugiere que la economía está ingresando a un entorno de desinflación.

Aunque la inflación aún se mantiene por encima del objetivo del 2% establecido por la Reserva Federal, la disminución de las presiones inflacionarias ha llevado a la mayoría de los economistas a creer que el próximo aumento de tasas de interés, programado para este mes, sería el último en el ciclo de ajuste monetario más rápido del banco central estadounidense desde la década de 1980.

En junio, la Reserva Federal decidió no elevar las tasas, después de haberlas incrementado en 500 puntos básicos desde marzo de 2022.