Madres +45 y el dilema del reloj biológico

 Madres +45 y el dilema del reloj biológico

Las mujeres argentinas postergan cada vez más la maternidad. Este tema no sólo se instaló en la "vidriera" mediática sino en las charlas de chicas.

¿Por qué se da este fenómeno? En primer lugar, diremos que influyó la independencia económica de la mujer.

Es por ello que muchas mujeres evalúan la posibilidad de recurrir a la ayuda de la ciencia, crioconservando sus óvulos.

Esta es una opción para un amplio grupo de mujeres que desean ser madres pero que tienen riesgos profesionales para encarar un embarazo (azafatas, personal de radiología, químicas, personal de la fuerza armada o aérea, deportistas).

Otro grupo importante son las mujeres que, sencillamente, están a la espera de encontrar una pareja con quien tener un hijo.

En definitiva, mujeres que quieren ser madres en un futuro próximo pero que no quieren correr el riesgo de que el paso del tiempo se los impida.

En las últimas décadas, la edad promedio del primer embarazo en la mujer, ha ido aumentando en forma significativa, debido a múltiples razones de índole cultural, social y económica.

Sin embargo, la edad biológica atenta contra las posibilidades de lograr embarazos, según muchos estudios, a partir de los 35 años. Así, la capacidad reproductiva es solo del 3% al llegar a los 40 años.

Este rápido descenso pone en riesgo el deseo de ser madre en un lapso de tiempo relativamente breve.

La vitrificación de ovocitos es la técnica que permite conservar la capacidad reproductiva de la mujer, hasta el momento en que desee el embarazo. Permite posponer la maternidad el tiempo que se desee, con las mismas posibilidades de embarazo que en el momento en que se hizo la vitrificación.

Hay una relación directa entre capacidad fecundante de los óvulos y edad. A mayor edad, menor capacidad fecundante.

Un estudio encontró, que en promedio, la mujer nace con aproximadamente 300.000 óvulos, pero los investigadores se sorprendieron, con la rapidez con que esta reserva disminuye.

En general, la mujer sobreestima sus posibilidades de fertilidad. Las mujeres a menudo no se dan cuenta de la velocidad con que disminuye la reserva ovárica. Después de la edad de 35 años, cada año que pasa, pierden una gran proporción de su reserva ovárica.

Lo expuesto viene a demostrar que el eterno debate entre hombre vs. máquina, naturaleza vs ciencia es un sinsentido.

Renegar de la ciencia es creerse omnipotente. Es negar la evolución. Algo así como resistirse a usar la calculadora o el celular. No pierde estatus de mujer ni de buena madre quien congela su deseo gestacional.

Porque en definitiva, no deben quedar dudas de que esa mujer ya decidió que será madre. Esa mujer resguardó la posibilidad de tener un hijo con mas certeza que aquella que lo dejó librado al destino.

Especialista en Medicina Reproductiva y coordinadora del programa de Terapia Regenerativa del Ovario de Procrearte (M.N 151.292).

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