La educación financiera proporciona conocimientos y herramientas para tomar decisiones más informadas y racionales con respecto al manejo del dinero. Esto incluye entender cómo funcionan los diferentes productos financieros, cómo presupuestar, cómo invertir y cómo evitar estafas.

La vida está llena de incertidumbres, y la educación financiera ayuda a prepararse para los desafíos futuros, como emergencias médicas, pérdida de empleo o jubilación. Si se adquieren habilidades desde joven, será más fácil enfrentar y superar estos obstáculos económicos.

Educarse financieramente de joven es una inversión en uno mismo que puede conducir a una mayor seguridad financiera, una vida más estable y una mayor capacidad para alcanzar metas y sueños a lo largo de la vida. Conocé más.

Te sugerimos planificar y ordenar tus prioridades. Ya sea un viaje, un auto o un electrodoméstico, lo ideal es determinar qué es lo que querés, qué cantidad de dinero requiere y en qué fecha querés cumplirlo.

Además, es importante diferenciar los lujos o caprichosde las necesidades.

Algunas instituciones financieras ofrecen beneficios especiales para chicos de entre 16 y 18 años, quienes pueden acceder a una cuenta bancaria. De esta manera, no hace falta esperar a ser mayor de edad para acceder a servicios y operaciones bancarias.

Entre sus beneficios, gastos o comisiones mínimos por gestión, mantenimiento o transferencias.

Lo ideal es empezar a invertir lo más temprano posible, y transformarlo en un hábito. Lo bueno es que el contexto actual es muy propicio para acceder al mercado de capitales, con mínimos requisitos y sumas de dinero muy acotadas.

Si bien las promociones y las cuotas son una buena opción, se necesitar ser precavido para no caer en una situación que más tarde te atará económicamente. De hecho, se debe considerar la tarjeta de crédito como última opción, ya que se trata de un micro-endeudamiento y el consumo constante puede ser contraproducente.

Si lo que queremos es aumentar nuestro capital, es importante manejarlas de manera responsable.

Los pequeños gastos diarios son una fuga que impacta a fin de mes. Por lo general, suelen ser pequeños y no nos damos cuenta de ellos. Sin embargo, una vez que se suman, terminan repercutiendo en nuestro bolsillo.

Lo ideal es llevar un registro de todos los gastos para ver efectivamente cuánto dinero consume este tipo de gastos y, en base a eso, tomar decisiones. Para ello, te recomendamos descargar aplicaciones que te permiten anotarlos de manera fácil y rápida.