“Lo normal”, una historia que no se detiene en los límites del cuerpo

 “Lo normal”, una historia que no se detiene en los límites del cuerpo

“Empecé a escribir sobre la historia de mi hermana con discapacidad, y se transformó en una historia de amistad luminosa. En general esa temática siempre se abordó en varones y con actores haciendo de, pero no estamos acostumbrados a ver esos cuerpos en series o sobre el escenario”, dice Malena Ratner, actriz y autora de “Lo normal”, coescrita con Francisco Ruiz Barlett que se estrena el jueves en El Método Kairós.

La historia gira en torno a dos amigas cómplices, padres que aprenden, un camino con barreras y una sociedad en ocasiones expulsiva. Con dirección de Mariana Cubi Bustinza y Ratner, cuenta con actuaciones de Marisol Irigoyen, Julieta Roccatagliata , Raquel Ameri, Diego Castro y Joaquín Varela. Dialogamos con los autores.

Periodista: ¿Cómo nació la obra?

Male Ratner: Tengo una hermana con una discapacidad motriz y cognitiva así que crecí con esto y me pasó como actriz y consumidora cultural que esta temática era abordada con actores que actúan la discapacidad, de ahí surgen mis ganas de escribir. Estamos evolucionando en muchas cosas pero eso quedaba relegado todavía. De hecho “División Palermo” en Netflix tiene muchas personas con discapacidad en pantalla pero queda todavía un largo recorrido.

P.: ¿Cómo apareció la historia sobre jóvenes que se sienten que no encajan?

Francisco Ruiz Barlett: Esa sensación de la protagonista no viene de ella sino que se la hace sentir el mundo. La autora quería hablar de la temática e involucrarse de manera más directa y con naturalidad. Había una inquietud muy honesta vinculada con su historia, y aporta una mirada distinta sobre estos asuntos. El título habla del falso concepto de lo normal, lo que hace sentir que no encajan tiene que ver con lo que se subraya como normal, como un ejercicio de calificación, de distinción, el estereotipo y las hegemonías de lo normal, que creemos están corridas. El foco está en la historia, eso es lo único que vale.

Male Ratner: La idea es que no se centre en la discapacidad y que hable de una amistad donde las pibas tienen sus inseguridades, pensamientos, gustos, placeres, deseos, iguales a los de cualquier otro adolescente. Que cualquiera pueda sentirse identificado, que no se reduzca al modelo capacitista donde la persona está reducida a si puede o no puede. Habla también de la familia y del sexo, que no suele estar asociado a la discapacidad vaya a ser uno por qué.

P.: Hay muchas obras sobre familias disfuncionales, ¿esta es sobre amigas disfuncionales?

F.R.B.: Hace más de 15 años de “La omisión de la familia Coleman”, aún en cartel, instaló el tema pero creo que la palabra es un recorte. ¿Qué sería familia disfuncional? Hace años una que se separaba, hoy día sería una familia ensamblada y es parte de nuestro contexto. No hay acá una intención de mostrar lo disfuncional como una imperfección sino todo lo contrario, como apertura a la vulnerabilidad, correr el supuesto arquetipo de que las madres y padres tienen que cumplir un rol perfecto, romper los bordes, meterse en un grupo de seres humanos que atraviesan deseos y convicciones. Puede parecer una familia disfuncional pero se descartan esas calificaciones para adentrarse en lo más humano que es la contradicción.

M.R.: La obra habla de dos amigas geniales y de un reflejo, de lo importante que es encontrar un reflejo a nivel cultural y social, en la adolescencia es lo más importante, la amiga, la cómplice, la que te acompaña, hacés espejo con esa persona y si no la encontrás eso es mucho más difícil.

P.: ¿Qué temas aborda la obra?

F.R.B.: Uno ve en la foto a las chicas en sillas de ruedas y cree que es sobre discapacidad pero hay un texto hermoso que dice “Al fin de cuentas nos decimos muy creativos pero nadie vio un ángel de la guarda en silla de ruedas”. Es innegable que hay una parte de la creatividad que siempre está dormida en aras de la calificación, como si generara sosiego en el orden que es la vida, pero la obra aborda la historia de una persona que le toca vivir una experiencia particular.

P.: ¿Cómo creció la obra del texto a la escena?

M.R.: Yo escribí mucho en relación a mi hermana y cuando llegaron las actrices trajeron una data muy valiosa. Quería que fueran dos actrices con discapacidad y que se adaptara la obra a sus cuerpos, fue mutando para bien, no hay nadie como ellas que vivieron esto desde que nacieron y lo pueden construir mejor que nadie. No encajan porque lo discapacitante es el entorno no ellas, la arquitectura o la sociedad es la que no está preparada. Se las felicita si van a la facultad o salen de joda, es absurdo. Puede ser que a uno no lo haya tocado de cerca o no sepa pero también hay veces que se mira para otro lado. Las actrices nunca habían hecho un casting porque nunca las llamaron, no podían ir a una clase de teatro porque fueron y el profesor les decía que corran por el espacio, es el sistema no ellas.

P.: ¿Por qué el teatro independiente?

F.R.B.: La calidad es superlativa, hay propuestas teatrales que no dejan de asombrarme, hay pocos espectáculos comerciales que cultiven mi interés como artista. Me entusiasma más el lenguaje, el laboratorio, la investigación, y es del independiente de donde emerge la cultura más auténtica y propia, el comercial tiene más obras de afuera. Me interesan más las emociones que el entendimiento, por eso tengo un teatro, la capacidad de poder seguir haciendo obras, que venga esta autora con su inquietud y poder acompañarla. Ver materializada su primera obra y ofrecer desde mi casa hasta toda la infraestructura para llevar adelante la obra desde lo técnico. Eso contribuye a que los artistas sientan que el Kairos es su casa. El independiente es tan complejo que la creatividad no sólo tiene que estar sobre el escenario sino en el cómo conseguir la plata. Después de nueve años sentimos que lo venimos logrando.

P.: ¿Cómo ve la escena teatral?

F.R.B.: Han emergido pospandemia materiales de calidad inmensa. Duele que haya poca inversión cultural a nivel nacional y ciudad viendo el talento que hay, estoy contento de ser contemporáneo de un auge cultural muy atractivo, conmovedor y donde prima el deseo. Y el público acompaña mucho, no hay que mirar la quintita de cada uno, estamos yendo por buen camino.

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