El mandatario brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, que está cargo de la presidencia pro témpore del Mercosur, llegó este lunes a la capital belga con una propuesta para “equilibrar” el acuerdo con la Unión Europea. La nueva presentación se da en respuesta al documento sobre exigencias ambientales que Bruselas dio a conocer en febrero de este año y que podría perjudicar las exportaciones locales. Según pudo saber Ámbito, el bloque americano pedirá más financiamiento para la transición energética, para las pequeñas y medianas empresas y un proceso de integración birregional de las cadenas de valor.

El viernes pasado el canciller de Brasil, Mauro Vieira, giró los borradores a su par argentino Santiago Cafiero, que también se encuentra en el viejo continente para participar de la cumbre entre la UE y la CELAC. En principio, la propuesta que lleva en sus manos Lula contiene parte del trabajo que se había realizado durante la presidencia pro témpore de Alberto Fernández y cuenta con el aval de Argentina, Uruguay y Paraguay.

En los primeros seis meses del año, la cancillería argentina elaboró dos “side letters” que apuntan a “equilibrar” las condiciones del acuerdo con las nuevas solicitudes de la Unión Europea en materia ambiental. Sobre este punto, lo que busca el bloque americano es financiamiento por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI) principalmente enfocado en las pequeñas y medianas empresas y la transición energética.

Luego de la pandemia y también por las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, muchas empresas decidieron relocalizar su producción para contar con “proveedores seguros”. La intención del Mercosur es atraer parte de esas inversiones en sectores como: industria, alimentos, minería y energía y conformar “cadenas birregionales de valor”. Esta es otra de las demandas que el bloque viene impulsando.

Los cancilleres del Mercosur aprovecharon la oportunidad para reunirse con el vicepresidente Ejecutivo y Comisario de Comercio de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis. Con una propuesta concreta en las manos, la pelota queda ahora en el campo del bloque europeo que, a pesar de que quiere mostrarse “abierto a América Latina”, tiene todavía una resistencia muy fuerte por parte de Francia y su tradición proteccionista sobre la producción agropecuaria.

“Celebro que Europa mire con vocación integradora al Caribe y a América Latina, el acto de asociación supone la existencia de partes que se entienden para un desarrollo equilibrado. Una asociación exige que las dos partes se beneficien en el acuerdo, cuando solo se beneficia una, eso deja de ser un acuerdo y se parece más a una burla”, señaló Fernández este lunes en Bruselas.

La agenda de la comitiva argentina es más amplia. Como anticipó Ámbito en octubre del año pasado, el mandatario argentino firmó este lunes un memorándum de cooperación energética en el que ambas partes se alían para promover las energías renovables, el despliegue del hidrógeno como fuente energética, la reducción de emisiones de metano y el desarrollo de una transición ecológica "socialmente justa". En la misma línea, el pacto incluye la necesidad de garantizar "las futuras inversiones en proyectos o actividades prometedoras”.