Cartas de lectores | Antídoto del fenómeno de El Niño

Cuando la temperatura del océano está en ascenso sostenido es señal inequívoca de que habrá incremento en la intensidad de las lluvias en el próximo invierno. Valioso aviso para los gobiernos Central y seccionales, en especial de cantones que están en alerta naranja y/o han sufrido el efecto devastador de este fenómeno; tienen obligación de prepararse. La mejor forma es con un análisis causa y efecto. El Niño es la causa, el efecto: las inundaciones. El hombre puede y debe contrarrestarlas con el estudio, diseño y construcción de obras que obliguen al agua a fluir solo por cauces naturales. Los estudios consisten en identificar cuencas y subcuencas con áreas, pendientes y tipo de suelo; ubicación de drenes: ríos, quebradas, canales, cunetas y alcantarillas con sus características físicas e hidráulicas (topografía); pesquisar la intensidad de las lluvias y demás datos del microclima. Con esto, calcular el escurrimiento y caudales de máxima crecida de las unidades de drenaje (hidrología). Topografía e hidrología sirven de base para diseñar obras de defensa (estabilidad de taludes, modificación de secciones transversales, muros laterales, frontales y, trasvases); en áreas deprimidas diseñar bombas de achique y sitios de desagüe. La tercera etapa es la construcción, iniciando por el dragado y limpieza de los elementos de drenaje en la ruralidad; y de tuberías, pozos y sumideros del sistema de alcantarillado en la ciudad, y puesta en marcha de bombas de achique. El GAD que siga este procedimiento encontrará el antídoto del fenómeno de El Niño.

Marco A. Zurita Ríos

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