En vista de las recientes noticias referente a la concesión del ‘habeas corpus’ a favor de un exmiembro del Consejo de la Judicatura para librarse de ir a prisión es importante conocer que el principal propósito de esta garantía es recuperar la libertad de quien se encuentre privado de ella “de forma ilegal, arbitraria o ilegítima, por orden de autoridad o de cualquier persona, así como proteger la vida y la integridad física de las personas privadas de libertad”.

Este instrumento es una garantía para aquellas personas que de manera injusta han sido retenidas en contra de su voluntad, por ejemplo, en el caso de deudas, excepto en el caso de pensiones alimenticias.

En el Ecuador existen ‘habeas corpus’ preventivo, restaurativo, correctivo, traslativo, instructivo y conexo.

El preventivo permite que una persona que será inminentemente privada ilegalmente de su libertad física pueda recabar el examen de la legitimidad de las circunstancias que, a criterio del afectado, sean arbitrarias, situación que se configura cuando se actúa contrario a la justicia, la razón o las leyes, es decir dictada por la voluntad o el capricho.

En Ecuador es claro que se abusa de la figura del ‘habeas corpus’ y por ello la Corte Constitucional se ha pronunciado sobre las consecuencias jurídicas que acarrean estas conductas de los peticionarios y su abogado defensor, por incurrir abiertamente en abuso del derecho, pretendiendo torcer los destinos de la justicia con artimañas y argucias.

Una lástima que este tipo de jugarretas judiciales se sigan dando como un festín a favor del mejor postor y a discreción de la jurisdicción.

El abuso del ‘habeas corpus’ no va a detenerse si no existe la sanción oportuna y ejemplificadora contra el peticionario y sus abogados, jueces y demás autoridades que promueven y conceden esta garantía buscando la impunidad del implicado y de ninguna forma la protección que promueve el espíritu de la medida, pero como las facultades correctivas y las sanciones las impone el Consejo de la Judicatura, creo que nos seguirán contando el cuento del gallo pelón.