La circulación de tricimotos complica el tránsito vehicular en varias zonas del norte, noroeste y sur de la ciudad. Además, perturba la tranquilidad de los residentes por el irrespeto a las normas de tránsito, que cometen los conductores, y por el uso indebido que muchos de ellos le dan a estas unidades.

Los Vergeles, entre las avenidas Narcisa de Jesús y Francisco de Orellana, así como la vía Perimetral, a la altura de la isla Trinitaria, son parte de las zonas específicas donde se ha evidenciado el incremento de dichos vehículos. Algunos están regularizados, mientras que otros trabajan de manera ilegal, poniendo en peligro a los pasajeros y ciudadanía en general.

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Las autoridades de tránsito aseguran que realizan operativos de controles para contrarrestar estos problemas; pero la ciudadanía indica que estos son insuficientes.

“La mayoría de los choferes de tricimotos circula sin respetar las normas de tránsito, exponiendo la integridad física de los pasajeros y transeúntes”, denuncia Mariuxi Muñoz, quien reside desde hace 10 años en Los Vergeles, norte de la ciudad.

Cuenta que hace dos semanas estuvo a punto de ser atropellada por una de estas unidades cuando se dirigía a su vivienda. “La luz del semáforo estaba en verde y yo me disponía a cruzar la calle principal; cuando de repente vi que una tricimoto se pasó la luz roja y se dirigía hacia mí. Afortunadamente, pude esquivarla al subirme al parterre”, indica, al señalar que otras personas no han corrido con la misma suerte.

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Eloy Mendoza, otro residente, reconoce que en esta zona se han desarrollado operativos que momentáneamente logran sacar de circulación a este transporte infractor. No obstante, agrega que, de manera inmediata, reaparece una vez terminados los controles. “Es algo risible. Los agentes retiran las unidades, pero a pocas horas nuevamente están operativas”, anota.

En cambio, Humberto Cedeño, quien reside en la ciudadela Guangala, sur de la ciudad, por donde transitan las tricimotos que prestan servicio a los habitantes de la isla Trinitaria y Malvinas, señala que por esta zona es común ver estos vehículos que pasan a exceso de velocidad. “No sabemos si tienen o no permiso para circular. Lo único cierto es que algunos choferes asaltan y huyen a bordo de sus unidades”, asevera.

Cedeño menciona que por esta zona hay poca presencia de personal de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), así como de la Policía Nacional para controlar estos problemas que ocurren con frecuencia.

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Para que una tricimoto pueda prestar servicios, debe tener la documentación en regla, como el título habilitante para circular, cumplir las normas técnicas establecidas por la ley, como el uso debido del casco. “Pero la mayoría no cumple con estos requisitos; incluso, muchas son usadas para asaltar en las calles”, reitera, al indicar que se requieren acciones drásticas.

Las tricimotos que son retenidas en operativos son trasladadas al Centro de Retención Vehicular y se les realiza las citaciones a los choferes.

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