Varias decenas de ciudadanos sudamericanos se han concentrado en la tarde de este lunes 2 de octubre en las inmediaciones de las discotecas Teatre y Fonda Milagros, de Atalayas (Murcia), en las que murieron calcinadas trece personas para expresar su solidaridad a las familias de las víctimas y apoyar a los encargados de la segunda, un local regentado por un hombre de origen colombiano al que la comunidad latina estaba muy unida, según los testimonios recabados por EFE.
Con velas, ramos de flores y varias banderas de Colombia y Nicaragua, y bajo los acordes de la canción 'Amigos', de Roberto Carlos, y otras muchas, los concentrados han ido llegando a la zona acordonada por las fuerzas de seguridad y se han acompañado los unos a los otros, como han explicado, para mostrar su dolor, su agradecimiento a Murcia y España por la acogida, y su apoyo a la "gran familia" que ha significado para todos ellos la Fonda, según coincidían todos.
Richard Uribe, de la República Dominicana, recibió el alta hospitalaria anoche tras permanecer durante toda la jornada del domingo hospitalizado por inhalación de humo a consecuencia del incendio, y esta tarde ha mostrado sus condolencias a las familias de las víctimas.
Uribe, que resultó herido cuando subió a la parte alta del local para coger un extintor y tratar de contener el fuego, ha explicado que no pudo hacer mucho más porque "el humo se me metió en los ojos y no podía respirar, solo escuchar a personas que me preguntaban gritando por dónde podían salir".
Era cliente asiduo de la discoteca, ha explicado, y muy amigo de una de las mujeres que perdieron la vida en el incendio, esposa del locutor de la emisora latina Supermix FM Ferney Lozano, con la que estuvo bailando, según ha relatado, minutos antes de que se desatara la tragedia.
Asegura a EFE que fue la última persona que salió con vida del local y se muestra convencido de que el fuego se inició en la sala Teatre.
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Para otra de las concentradas, Fonda Milagros era considerada la "casa" de todos los sudamericanos residentes en Murcia, "ese pedacito de tierra, esa fondita que nos recibió a todos, donde hemos vivido muchas alegrías porque era una familia maravillosa, y lo único que queremos es apoyarles y decirles que no están solos".
"Ha ocurrido una tragedia en un mundo en el cual venidos a luchar por nuestros sueños, y nos ha dolido mucho lo ocurrido", redundaba a EFE otra vecina de Murcia originaria de Sudamérica, quien ha despertado el aplauso de los congregados al pedir por "todas esas personas que se fueron, que están en mejor vida".
Liliana, que conocía de cerca el local destruido y se ha sumado a la concentración, también ha expresado su consternación por lo ocurrido y su solidaridad con las familias de las víctimas y los propietarios del local. "Mi corazón está en las familias que no pueden llegar o en quienes no pueden ser repatriados, por lo que deseo fortaleza para todos ellos y que ios nos ilumine a los que estamos aquí", tras lo que ha expresado su agradecimiento a "Murcia y a España, que nos han acogido".
Algunos de los concentrados confiaban en poder recibir alguna buena noticia cuando se confirmen las identidades de los restos. "Tengo dos personas desaparecidas o no identificadas, y aún tenemos esperanzas. Sigo confiando mientras no me lo digan", ha dicho a EFE Carlos, un vecino de Murcia de nacionalidad colombiana participante también en la concentración.
El acto de solidaridad con las víctimas ha tenido lugar mientras se retiraban los efectivos de bomberos que han trabajado desde las seis de la mañana del domingo en la zona siniestrada, una vez extinguido el fuego, enfriado los locales y estabilizadas sus estructuras, y comenzaban las tareas de inspección de los agentes de la policía científica, que se prolongarán durante varios días.
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