El presidente francés, Emmanuel Macron, puede argumentar que su estrategia dio resultado en frenar el momentum de Marie Le Pen. Pero nadie puede hablar de una victoria. Tras la segunda ronda electoral, Francia se enfrenta a meses, sino años de incertidumbre y parálisis política.
En un sorpresivo giro, el derechista Agrupación Nacional de Marie Le Pen quedó relegado al tercer lugar, tras haber liderado la primera vuelta. Con 180 de los 577 en juego, el bloque de izquierda Frente Popular se coronó como el ganador. Segunda quedó la coalición de centro de Macron, con 159 asientos, seguido por Agrupación Nacional con 143.
Tras caídas iniciales, las acciones francesas revirtieron las pérdidas y se alinearon con la positiva sesión en Europa. En el mercado se anticipa que un parlamento divido en tres bloques muy próximos en fuerza impedirá la implementación de cambios radicales. Se necesitan de 289 votos para aprobar la formación de gobierno.
Jean-Luc Mélenchon, líder del partido de extrema izquierda La Francia Insumisa, anunció que como el partido más grande del bloque Frente Propular buscará formar gobierno, y no aceptará ninguna alianza que le exija ceder en su programa que incluye alzas de impuestos y un plan masivo de aumento de gasto fiscal.
Otra opción es que los socialistas, segunda fuerza dentro del Frente Popular, busquen distanciarse de Melénchon y formar gobierno con fuerzas de centro. Las negociaciones podrían demorar meses y aún pondría sobre la mesa demandas de revertir algunas reformas de Macron, como el alza en la edad de jubilación.
Por ahora, el mercado no está pensando en los problemas que enfrentará Francia en el largo plazo, por el deterioro de su situación fiscal y mayor incertidumbre política. Las acciones europeas se concentran en que se evitó un gobierno de un partido extremo ya sea de derecha o de izquierda.
Fuera de Francia, la atención del mercado está en las elecciones estadounidenses, el dato de inflación de EEUU y el inicio de la temporada de resultados. Los futuros de Wall Street y el dólar esperan el inicio de la sesión planos, pero con cierta tendencia a la baja en el caso de las acciones.
El presidente estadounidense, Joe Biden, activó una campaña no para atacar a Trump, sino para convencer a su propio partido de su candidatura. The Wall Street Journal reporta que Biden ha perdido el respaldo de más legisladores demócratas, pero más importante (así lo apunta) ha perdido el respaldo del “poderoso establishment mediático demócrata”. El desempeño de Biden como anfitrión de la cumbre de la OTAN, a partir de mañana, será clave en la decisión del Partido Demócrata.
También mañana ocurrirá uno de los eventos más esperados de esta semana. El presidente de la Fed, Jerome Powell, inicia dos días de testimonio semestral ante el Congreso estadounidense. ¿Mantendrá su discurso más expansivo? ¿Insistirá en que todavía no hay confianza para reducir tasas? El mercado espera que las cifras de inflación que se reportarán el jueves ofrezcan ese elemento que hace falta para convencer a la Fed de un recorte de tasas en septiembre.
A la permanente discusión sobre las tasas de interés hay que sumar una renovada atención en los balances de empresas. Con los reportes de JPMorgan y Citi el viernes, Wall Street arranca la temporada de resultados. Las expectativas giran en torno a si el crecimiento de las utilidades de otras empresas ayuda a compensar una esperada desaceleración en las cifras de las grandes tecnológicas, y con ello mantener espacio para el rally del S&P500.
Diario Financiero titula con el primer balance del nuevo royalty, y reporta que las mineras pagaron más de US$ 50 millones adicionales al partir el año.
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