El tipo de cambio se disparaba este jueves y alcanzaba niveles de $ 930, en línea con la demanda global de dólares mientras los inversionistas digieren los últimos mensajes de la Reserva Federal en clave de guerra comercial y la idea de que los aranceles podrían arrastrar a Estados Unidos a una recesión.
La paridad dólar-peso saltaba $ 10,97 a $ 928,5 antes del mediodía en la serie de Bloomberg. A nivel externo, en tanto, el dollar index, un indicador del dólar global, avanzaba 0,6% para recuperar la marca de los 104 puntos.
Esta apreciación general del billete verde se daba a pesar de que las tasas soberanas de EEUU profundizaban las caídas de ayer, y los operadores volvían a considerar una probabilidad no menor de que la Fed baje la tasa incluso tres veces este año.
Mirando hacia los commodities, el cobre Comex bajaba 0,4% a US$ 5,09 por libra, después de quedar ayer al borde de un máximo histórico de cierre, con el persistente impulso del posible arancel sobre el metal que estudia la Casa Blanca.
En el día después de la última reunión de la Fed, las preocupaciones en torno a la arremetida arancelaria de Donald Trump contra sus socios comerciales se vuelven predominantes, previo a que el 2 de abril entren en vigencia las tarifas recíprocas y otros gravámenes.
“Creo que con la Fed hubo cierto alivio en el sentido de que las subidas de precios serían transitorias, lo que ha llevado a una baja en las tasas de mercado en EEUU. Sin embargo, esto debería debilitar al dólar, y estamos viendo lo contrario. Hay sentimientos contrapuestos: por un lado, la Fed no subiría tasas en respuesta a los aranceles, pero por otro, la incertidumbre acumulada debido a los vaivenes en las políticas de Trump podría generar una desaceleración significativa en los próximos meses", dijo a DF el director de riesgo financiero de Ebury, Enrique Díaz.
Ayer el precio del dólar en Chile retuvo casi intactos sus mínimos de cinco meses. Fue en horas de baja liquidez para el mercado local cuando las publicaciones de la Reserva Federal y especialmente la conferencia de prensa de su presidente, Jerome Powell, empezaron a copar los titulares.
La Fed mantuvo la tasa -como se esperaba- y proyectó dos recortes para 2025, en línea con lo que descontaban en ese momento los operadores de renta fija. También detalló el timing y la magnitud de la desaceleración de su "ajuste cuantitativo" (una política de carácter restrictivo). El sesgo flexible del banco central animó a los mercados tanto de bonos como de acciones.
El tema hoy predominante de una posible recesión es, para Díaz, exagerado. "Los indicadores clave de recesión, como las solicitudes de subsidios por desempleo -que es quizás el dato más frecuente y adelantado que tenemos en EEUU- no muestran señales claras de una recesión ni de una ralentización. Sin embargo, el mercado parece estar reaccionando con temor ante la idea de que Trump no esté preocupado por una desaceleración económica ni por caídas más profundas en las bolsas", planteó.