350 personas quedaron arrestadas en Israel este miércoles a la madrugada por enfrentamientos en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén. A partir de esta intervención, el movimiento Hamás llamó a los palestinos a ir a el lugar de culto para defenderlo.

La mezquita Al Aqsa es uno de los lugares más emblemático para los musulmanes y los conflictos comenzaron justamente durante la celebración del Ramadán, en un ambiente tenso entre israelíes y palestinos desde principios de año.

Durante la noche de ayer, las fuerzas israelíes irrumpieron en la mezquita, "rompiendo puertas y ventanas", mientras había fieles rezando adentro, afirmó Abdelkarim Ikraiem, un palestino de 74 años que estaba presente. La Media Luna Roja palestina sostuvo que había atendido a al menos 37 heridos.

El movimiento islamista palestino Hamás denunció "un crimen sin precedentes" y llamó a los palestinos de Cisjordania ocupada "a acudir en masa a la mezquita de Al Aqsa para defenderla".

Ante la "violencia y los golpes" de las fuerzas de seguridad israelíes, el secretario general de la ONU, António Guterres, se dijo "impactado y consternado", indicó Stéphane Dujarric, su portavoz.

"Este momento del calendario, santo para los judíos, los cristianos y los musulmanes, debería ser un momento de paz y no violencia", agregó el vocero.

En un comunicado, la policía explicó que un grupo de "varios jóvenes fuera de la ley y agitadores enmascarados" ingresaron con palos y fuegos artificiales. "Los líderes se atrincheraron en el interior durante varias horas [después de la última oración vespertina] para alterar el orden público y profanar la mezquita", mientras coreaban "consignas que incitaban al odio y a la violencia", señaló el texto.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que las fuerzas de seguridad se vieron "obligadas a actuar apara restablecer el orden" frente a los "extremistas".