Daniel Handel, el hombre de las sinfónicas

Dirigir la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) siempre estuvo en sus planes. Así lo recuerda el maestro David Handel en una amena charla con SEMANA. Nos encontramos en su despacho, en la casona patrimonial que acoge al aclamado ensamble estatal.

Tras catorce años dirigiendo la Sinfónica Boliviana en La Paz, y varios puestos en Argentina, Chile, Guatemala, Irak, entre otros, el conductor norteamericano aplicó al puesto como titular de la OSNE en 2011. “Obtuve el puesto, pero no se concretó la contratación. Cinco años después sucedió lo mismo, me eligieron, pero no se dio. Digamos que la tercera es la vencida”, cuenta risueño.

Arribó al país en marzo de 2021, tras el rebrote de covid-19, el primer desafío en una lista de complicaciones. “Llegué cuando la pandemia aún estaba presente y teníamos varias restricciones para poder presentarnos. Una de nuestras metas era que la gente regresara a los teatros a ver las presentaciones en vivo, y para lograrlo sabíamos que teníamos que darles algo irresistible”.

Para ello, el músico diseñó una programación que recuperaba piezas que no se habían interpretado en varias décadas, como la segunda sinfonía de Felix Mendelssohn. A la par, la entidad continuó sumando recitales de música latinoamericana y popular, como ‘Raphael sinfónico’, que el afamado cantante español interpretó junto a los músicos de la OSNE ante un coliseo lleno.

“Siento que antes de mi llegada, el equilibrio entre la música orquestal y la popular era bueno, por lo que quería continuar con ese legado”, indica.

A la par de los recitales de temporada del ensamble, Handel continúa con otros proyectos creados por el histórico titular de la entidad, el maestro Álvaro Manzano, quien falleció el año pasado, entre ellos ‘Sinfónica en las aulas’, programa dirigido a estudiantes de escuelas y colegios. “La construcción de nuevos públicos es uno de los objetivos más difíciles de concretar para todas las sinfónicas del mundo. Llevar a la Sinfónica a las aulas es vital, porque los ensambles orquestales no solo deben reflejar la identidad del pueblo, sino que deben ofrecer una ventana a la música universal”, sostiene.

Entre sus proyectos a futuro, el maestro cuenta con dos propuestas ambiciosas: llevar el ensamble a una muy esperada gira internacional y grabar con ellos un disco que pueda comercializarse en el extranjero.

Para este segundo plan, la entidad cuenta con el proyecto de construcción del Centro Cultural Álvaro Manzano, que se lleva a cabo en unos antiguos galpones del Banco Central y contará con un estudio de grabación. “La idea es grabar toda la obra del maestro Luis Humberto Salgado y, de ahí, poder lograr contratos para grabaciones. En otras orquestas internacionales este es un rubro que permite a las sinfónicas generar sus propios ingresos y sería un triunfo para nosotros”, analiza.

No obstante, Handel considera que ante sus planes para el ensamble se choca con la idiosincrasia local. “Yo soy casi obsesivo compulsivo, en serio, es algo casi clínico, y me gusta planificar con un año de anticipación, pero he aprendido que en Ecuador no puedo hacerlo”, dice entre risas. “Lo bueno es que cuento con un director ejecutivo, el doctor Hernán Vásquez, muy dinámico, que apoya mis ideas más descabelladas”.

Por ahora, además de estos planes, tiene como sueño aumentar el tamaño de la Sinfónica, un proyecto que el maestro Manzano (ya fallecido) no pudo concretar. “La Orquesta está en su límite mínimo de personal. Necesitamos un arpa más, otro fagot, otro concertino, más cuerdas. Estamos haciendo convocatorias nacionales e internacionales, porque esta es una inversión en una sinfónica que ya es de clase mundial y solo debe crecer”. 

Una de sus áreas de especialidad es el violín. ¿Todavía toca?

No, para nada. Siempre digo que soy un violinista en recuperación.

¿Se considera un jefe estricto?

Sí. Me gusta el orden y soy eficiente. Pero creo que sí me quieren mis colegas, ¡y sí me gustan los chistes!

¿Qué géneros escucha, además de la música orquestal?

Me gusta el jazz clásico, el rock clásico y Sting. También me gusta la música caribeña y el folclor.

¿Si le hace al ‘Juyayay’ entonces?

Sí, me interesa mucho el folclor de cualquier parte del mundo.

¿Qué hace en su tiempo libre?

¡No sé qué es eso! Pero cuando puedo, camino bastante y cocino.

¿Cuál es su lugar favorito de Quito?

Vivo por La Carolina y me encanta. Me mudé de la González Suárez porque me gusta la vista del parque, los cafés. 

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