La despoblación y el envejecimiento son dos fenómenos que cada vez están más presentes en algunos territorios. Entre ellos, España está entre los países con mas territorios desequilibrados en cuestión de su población. Una de las causas se debe al vaciamiento del interior por las zonas con mayor atracción del país.

Asimismo, la población del interior peninsular presenta un creciente envejecimiento por la falta de incentivos para fijar población joven y una fuerte caída de la natalidad, que hace muy difícil una revitalización del terreno a corto plazo.

Uno de los casos que más padece esta situación es la provincia de Zamora, situada en el noroeste península. En los últimos años, la población se ha reducido a un ritmo muy acelerado, creando así mayores desequilibrios en su territorio.

En Zamora, el 60% de los pueblos tiene más vecinos nacidos antes de la Guerra Civil que en pleno siglo XXI. Es decir que más de la mitad de la población tiene un aproximado de 85 años. Por otro lado, el 13,1% tiene menos de 20 años de edad.

Según las previsiones estadísticas de la Unión Europea (UE), el numero de jóvenes se reducirá un 40% en tres décadas.

Cabe destacar que esta crisis es transfronteriza. Esto quiere decir que, al estar ubicada en el noreste ibérico comparte la crisis con Portugal.

Si bien en los últimos 10 años la población de España aumentó 1,81%, la realidad es que en la zona de la península Noreste 8 provincias (la principal Zamora) perdieron más del 5% de sus habitantes. Ya para el siglo XX cuando España comenzaba a tener creces en la población, la zona peninsular del norte, era la que más atrasada estaba en relación al país.

El fenómeno ocurre desde los años 60, con la mecanización de las zonas de agricultura y el éxodo. Además, la ganadería extensiva era constantemente perseguida por la suba de precios. Por otro lado, es un territorio en el que se frecuentan los incendios lo que termina produciendo una falta de inversión.