En toda familia de vez en cuando surgen berrinches de los niños. Acá dejo 5 claves para entenderlos y gestionarlos.
Los “berrinches” son pedidos que los niños hacen de manera insistente y poco clara. Por lo general, los niños piden algo que los adultos no escuchamos, no prestamos atención o no decodificamos de manera correcta y el niño, ante la frustración que le genera la incomprensión, hace un llamado de atención pidiendo otra cosa, ya no la que originalmente necesitaba.
Por lo general, son más comunes a partir de los dos años.
La mayoría de los berrinches responden a un pedido claro de mirada, atención, tiempo o escucha de parte de los niños. Muchas veces, vivimos tan apurados entre el trabajo y el resto de obligaciones que no vemos que los chicos nos están demandando tiempo de juego y de paseo: estar presentes.
La clave es ponerle palabras a esa situación y acompañar al niño en su deseo. El adulto debería ver qué es exactamente lo que ese niño pidió y no fue escuchado. A partir de ahí, explicar con la verdad y de manera comprensible, por qué no pudo ser satisfecho en su pedido y ponerle palabras al modo en que se siente él ahora y cómo debería haberlo pedido para ser escuchado correctamente.
Por ejemplo, si la escena es un niño sacudiéndose en el piso y llorando, pidiendo usar el celular de su mamá/papá, la propuesta es que esa mamá/papá pueda decodificar qué tal vez el hijo lo que le está diciendo es “te extrañé”, “no te vi en todo el día”, “quiero que juegues conmigo” y responder a partir de esto con un “yo sé que no es el celular lo que querés, sé que me extrañaste, que yo estoy trabajando mucho y que querés que juegue con vos. Así que ahora vamos a dejar el celular acá y vamos a ir a jugar juntos”.
Puericultora, especialista en Crianza y Presidenta de la Asociación C. Argentina de Puericultura (@acadp_lactanciaycrianza)