El ministro de Agricultura y Ganadería (MAG) es un ingeniero agrónomo, graduado en la Escuela Zamorano. Tiene un diplomado en Gerencia Administrativa y una maestría en Administración Gerencial de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo. Acumula una trayectoria de más de veinte años dentro del sector bananero.
En 2021, Eduardo Izaguirre, llegó al Ministerio de Agricultura como subsecretario de Fortalecimiento de Musáceas. Luego, asumió el Viceministerio de Desarrollo Productivo Agropecuario de la cartera de Estado. Y en febrero de este año reemplazó en funciones al exministro Bernardo Arosemena, con quien desde antes vino motivando ciertos cambios.
Tiene menos de dos meses en el cargo, pero maneja desde ya una agenda copada de urgencias, como la de atajar las consecuencias que deja la actual etapa invernal, dar un mayor impulso al censo agrícola y la promesa de seguir ajustando deficientes sistemas de control, que años atrás hicieron permeable de corrupción a esta cartera de Estado. El desafío está, aunque el presupuesto y el tiempo, admite, no son los apropiados.
Eso es algo que se actualiza de forma semanal, pero hay una particularidad: esas hectáreas afectadas, principalmente de maíz, cacao y plátano, que pueden ser pérdida total o cultivos que pueden estar bajo agua, hasta cierto nivel y eventualmente se pueden rehabilitar dependiendo del tiempo. Lo que hemos podido hacer es mantener esa medición, pero mientras el invierno no nos dé tregua, será complicado establecer exactamente las pérdidas. Mientras eso no se defina, no podemos intervenir con ayuda, porque si usted es un agricultor que perdió su cultivo de maíz, yo le puedo dar semilla, fertilizante, plaguicida... pero vuelve a llover. Entonces, ahí es difícil que se lo pueda volver a ayudar porque los recursos no son infinitos.
En este momento es difícil decirlo con precisión porque estamos afinando proyectos, pero estaría entre dos y tres millones de dólares, que se destinarían a semillas, fertilizantes, pesticidas, reposición de ciertos animales.
Nunca es suficiente... Esa es la gravedad del problema, no podremos desperdiciar bajo estas circunstancias, lamentablemente estamos a merced de lo que el clima diga.
Hay gente asegurada, pero no es la cultura del país. Apenas tenemos a 200 productores asegurados. Si el problema amerita, nos tocaría gestionar créditos de BanEcuador, por ejemplo, de 1 % a 30 años. Por ahí hay una orden dada. Esta entidad está lista para enfrentar esa posibilidad.
El invierno también nos pone problemas en esto, pero eso avanza. Se firmaron los acuerdos. En Galápagos ha finalizado y, si todo está en orden, creemos que a partir de julio arrancaremos con Manabí, Guayas, Cotopaxi, Imbabura y Pastaza.
En este momento ya se tienen $ 2,6 millones, lo que nos permite entrar a la etapa de licitación de las empresas que podrán competir para el levantamiento de información, la operación del registro.
Ecuador contará con el financiamiento total. El desembolso irá saliendo en la medida que avancemos. Es la mejor manera. Tener $ 33 millones en una cuenta es un riesgo potencial bajo nuestros sistemas.
A raíz de eso se han hecho dos cosas: las auditoría para determinar las mayores fisuras y con ello minimizar el riesgo, pero también apuntamos a la construcción de un nuevo sistema bajo el ‘blockchain’, para vigilar y controlar los contratos de compra venta de la fruta. Con esto y Renagro podremos saber por fin el hectareaje real de banano que hay en el país. En el 2024, lo que vamos a tener es todo el sistema construido y blindado. Nosotros no pretendemos perennizar nuestra imagen aquí, lo que queremos es dejar construida estructuras que sean difíciles de romper.
Internamente hemos sacado a mucha gente que ha cometido anomalías. En el Departamento de Posicionamiento de Banano salieron más de 20 personas desde el momento en que fui viceministro hasta ahora. Pero en un ministerio como este, ese saneamiento no se hace ni en un año ni en dos, porque el sistema público en general está transversalmente dañado. Un segmento de ellos está coludido en todo este proceso y los ministerios no son ajenos.
Mi verdad es que tengo tres hijos: una es doctora, la otra estudia Medicina y mi hijo es comerciante, tiene su propio negocio, que no tiene nada que ver con el ministerio. Mis cuñados viven en Manta, el uno es ingeniero en Sistemas y trabaja en la universidad; el otro trabaja en una fábrica industrial que tampoco tiene que ver con el ministerio.
Es mi asesora legal.
Estaba trabajando con él y ahora trabaja conmigo por el nivel de confianza que le tengo. Puede ser familiar cercano, pero en segundo grado de consanguinidad, así que no hay ilegalidad, y ya ahora el señor Manzano no está... Nosotros estamos aquí para hacer las cosas bien y el mensaje que queremos dejar es que no vamos a permitir irregularidades. Estamos para promover un cambio... Si los buenos ecuatorianos no nos atrevemos a participar, entonces no podemos reclamar cómo está el país. Criticar desde afuera no sirve.