El 30 de abril se levantará en Italia la obligación de las últimas medidas todavía en vigor con motivo de la pandemia de Covid-19, por lo que ya no será obligatorio llevar barbijo en las estructuras sanitarias, hospitales, ambulatorios y consultas médicas.

No obstante, la última palabra la tiene el ministerio de Sanidad, que en los próximos días decidirá si renueva la obligación, la elimina completamente o la suaviza en algunas zonas, dejando el uso de las mascarillas para los lugares donde hay pacientes más frágiles como los inmunodeprimidos o los ancianos de las residencias.

Otra posibilidad sería dejar la elección a los directores generales, pero por el momento no hay una decisión definitiva y en los próximos días se evaluarán también los datos epidemiológicos.

"Tenemos que salir de la dimensión de la obligación. Es el momento de tratar el Sars-Cov-2 como otros virus similares", aseguraron,

Dejar atrás dicha medida tendrá efectos positivos en muchos aspectos que sobrecargan la organización hospitalaria, en lo que tiene que ver por ejemplo con las PCR", dice Matteo Bassetti, director de la Clínica Enfermedades Infectivas Hospital Policlínico San Martino de Génova y presidente de la Sociedad italiana de terapia antiinfectiva.

China anunciará este martes su primer dato trimestral de Producto Interior Bruto (PIB) desde el fin de las restricciones sanitarias contra el virus, una cifra que según los analistas debería marcar un repunte de la segunda economía mundial.

La política del gigante asiático para contener la enfermedad, con estrictas cuarentenas, test masivos y restricciones de viaje, limitó fuertemente la actividad económica, hasta que las autoridades la abandonaron abruptamente en diciembre.

Las cifras que se publicarán el martes darán la primera instantánea desde 2019 de la economía china sin el lastre de las restricciones sanitarias.