Valentina Alvarado no podrá olvidar los días que ha tenido que caminar hasta dos horas (ida y vuelta) para llevar a sus mascotas a la veterinaria. Ella habita en Terremoto, sur de Ambato, y la veterinaria que frecuenta está en el centro. Mencionó que es muy complicado que un taxista formal y en muchas ocasiones hasta de las aplicaciones privadas se han negado transpórtala con las mascotas, aduciendo problemas de alergias o por tema de higiene. El problema también lo ha tenido en varios buses urbanos.

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Por ese tipo de situaciones que le ha tocado vivir en carne propia también a Macarena Freire, una enfermera de 26 años, decidió endeudarse para adquirir un vehículo y destinarlo exclusivamente para el traslado de las personas con sus mascotas.

El préstamo de 3 mil dólares se lo hizo la mamá, porque la veía padeciendo cada que rescataba a un perro o gato de la calle y nadie la quería movilizar.

Macarena empezó a tener ese acercamiento con los perros de la calle desde que tenía 18 años. Con el dinero de la colación escolar reunía para comprar croquetas o les cocinaba comida a perros y gatos abandonados.

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Después una vecina le pidió ayuda para llevar a la veterinaria y curar a un can que estaba lesionado y desde ahí empezó a rescatar a perros y gatos. La vecina le prestó el patio, pero el número de rescatados aumentó y los llevó a un terreno donde la mamá alquilaba en la zona de Picaihua, pero como los perros aumentaban la progenitora la puso a escoger entre ella y las mascotas.

Se quedó sola con sus 13 gatos y cien perros. Con ayuda de los familiares y amigos ha logrado gestionar comida, medicina y todo lo necesario para los animales a los que considera como sus hijos.

Hace seis meses, mediante el dinero que le dio su madre, Macarena adquirió un auto usado y decidió destinarlo para un taxi inclusivo donde los dueños vayan sin problemas con sus mascotas. Jorge es uno de los clientes y aseguró que es una buena alternativa, porque ese servicio exclusivamente para las mascotas no existe en Ambato.

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Para contentar a sus clientes de cuatro patas, Macarena les regala croquetas o vitaminas; incluso, los dueños que no tengan dinero en efectivo pueden pagar la carrera con alimentos para mascotas que es destinado al albergue canino de “Patitas Nobles”.

El recorrido puede ser interno o fuera de Ambato. Si es por fuera deben reservar con dos días de antelación. La propuesta de “Patitas Móvil” se divulga mediante la publicidad personal, de un dueño de mascota a otra o mediante las redes sociales. A la par, la enfermera también habilitó en su departamento una casa hogar, a la que bautizó como ‘Pascualito’, en honor a su perro que la ayudó a sanarse de una depresión.

En esta casa hogar, el cuidado de las mascotas es temporal y los recursos también los destinan para el cuidado de los 113 rescatados de la calle.