Seguridad Pública: ¿Solo se trata de vivir o de sobrevivir?

 Seguridad Pública: ¿Solo se trata de vivir o de sobrevivir?

Más allá de toda razón y acciones coherentes, nuestros dirigentes políticos con responsabilidad de administrar las distintas áreas del estado nacional parecen redoblar apuestas histéricas, narrativas de fábula, comentarios falaces y construcción de relatos, que están muy por fuera de las preocupaciones del común de la gente que intenta no llegar a ser cadáver al final del día.

El camino de huida desordenada e irresponsabilidades varias que parece haber iniciado el oficialismo administrador de las áreas de seguridad a nivel Nación y Provincia de Buenos Aires, duele a los ojos de los profesionales que vinimos advirtiendo hace ya mas de dos años que se había equivocado la política de seguridad pública, si es que en algún momento la hubo.

Si vemos la línea de acción y de tiempo del gobierno nacional en esta materia, con un inicio en cabeza de Sabina Frederic y equipo, seguida de la verborragia vacía de Aníbal Fernández, nos damos cuenta y nos queda claro entender la razón del desorden y falta de respuesta a la población. Es algo así como mucho make up, maquillaje, a una cara ya muy curtida por el sol, surcada de arrugas que no se pueden disimular con revoque actoral.

Eso sí, ambas administraciones ministeriales nacionales se esforzaron por pelearse abiertamente con otros ministerios de seguridad de provincias con serios problemas como Buenos Aires y Santa Fe, con igual de malos ministros faltos de profesionalismo y conocimiento cabal de la seguridad pública, pero con una característica común a todos: perdieron el terreno, la zona geográfica de responsabilidad, a manos del narcotráfico.

El enmascaramiento es tal que los responsables tanto de Nación como Provincia de Buenos Aires muestran bravuconadas y actitudes patoteras, como si fueran cuestiones de protagonismo y sostén de autoridad, como así también mando y liderazgo profesional, del cual carecen.

No saben, no quieren, no pueden, por acción u omisión, por falta de inteligencia, por falta de coraje el cual dicen tener, pero para los que conocemos del tema sabemos que no tienen, cuando hacen alusión a acciones y gestiones pasadas, de haberse enfrentado y detener a bandas narco y mafias de todo tipo.

La población preocupada ve que, en todo el país, más allá de las zonas calientes del GBA y Rosario, se incrementa exponencialmente la actividad del narco. ¿Qué respuesta recibe la población asustada e indignada ante esa inacción, falta de respuesta y peleas e insultos varios entre los responsables ministeriales?

Todos equipos perdedores sin responsabilidad en las acciones y uso de sus palabras que avergüenzan a más de uno bien educado y formado, y con actitudes payasescas en más de un caso que no condicen con la responsabilidad de la función. Titánica tarea en materia de seguridad le tocará enfrentar a la nueva administración que llegue a nación y a la provincia para acercarlas a la normalidad.

¿Cómo pudo llegar la ciudad de Rosario a perderse en el oscurantismo del mundo narco? ¿Cómo pudo o cómo la dejaron llegar a este extremo? ¿Quiénes cerraron los ojos en la justicia, la política y la policía en los últimos treinta años? Culpas seguramente muchas, responsables también un montón.

¿Sabrán estos actores mencionados más arriba, que habiendo llegado Rosario a tener actualmente unos 24 homicidios cada 100 mil personas, quedaron por fuera de todos los rangos de civilidad conocidos, y que sumados a la pérdida de control territorial con una policía que no se bajó del podio de la corrupción en muchos años se le hará muy difícil encauzar la senda de la normalidad?

Hoy la ciudad de Medellín, que llegó a tener en época final de Pablo Escobar unos 398 homicidios cada 100 mil, solo muestra y exhibe 11 homicidios cada 100 mil personas, nada mal si pensamos que en esa ciudad se venía del mismísimo infierno. Algo hicimos bien en esa ciudad del departamento de Antioquia, Colombia, y mucho se hizo mal o no se hizo en Rosario en las últimas décadas.

El mismo índice con el que se muestran la cantidad de homicidios en Rosario es más bajo en el GBA, donde se estima que está entre 6 y 8 homicidios cada 100 mil personas. No porque la seguridad pública y policía de la provincia de Buenos Aires sea mas eficaz y profesional que la de Santa Fe, sino porque en un posible acuerdo tácito entre narcos y policía, saben que andar sembrando de cadáveres la via publica no favorece el negocio a ninguna de las dos partes. Es decir, una posible corrupción administrada, que es observada con un ojo abierto y otro cerrado por partes de la política y de la justicia.

¿Cuántas toneladas de cocaína de las que ingresan por aire, tierra o hidrovía a nuestro país por nuestras ahora permeables fronteras se secuestraron en estos últimos años de esta administración kirchnerista, a manos de fuerzas federales o en territorio bonaerense en la exitosa gestión del ministro Berni? ¿Cuál fue el éxito en la gestión de la lucha contra el narco? ¿Se los digo yo, o ustedes ya se lo imaginan? El índice de fracaso pica muy alto. Políticas Públicas de Seguridad se dice, las cuales deben trascender los gobiernos de turno.

Más políticas de seguridad serias y profesionales, y que nuestros políticos y gobernantes dejen de hacer política con la seguridad que es lo que están acostumbrados a hacer. Eso queda más que claro. Estado ausente y displicente, narco y delito presente. Como decía la canción, solo se trata de vivir, esa es la historia.

Especialista en seguridad pública. Analista en inteligencia delictual y lucha contra el narcotrafico.

Recomendar A Un Amigo
  • gplus
  • pinterest
Commentarios
No hay comentarios por el momento

Tu comentario