El helado es un postre que no entiende de temporadas durante el año. Si bien podemos ser más propensos a comprarlo cuándo hace calor, también puede ser un agasajo en temporadas no tan calurosas ni tan frías, como el otoño y la primavera.

Es por eso que, en estas líneas, te hablaremos de tres de las heladerías más recomendadas por el público en la ciudad de Buenos Aires, ya sean por su calidad como también por su historia en la urbe porteña.

Quienes hayan pasado sus vacaciones alguna vez en Mar del Plata, seguro conocen esta heladería clásica que se caracteriza por sus helados artesanales. Con 50 años en el rubro, sus helados son míticos y desde hace poco tiempo, abrieron una sucursal en Palermo. Si bien el gusto favorito de la mayoría es el "cannoli siciliano relleno" y bañado en chocolate, todos sus sabores son de una excelsa calidad. La crema Tramontana, por ejemplo, es el homenaje de una heladería porteña al fundador de Helados Italia, Giuseppe Tramontana. Luego de tantos años, sus helados siguen siendo 100% artesanales y se nota.

La calle Corrientes no sería lo mismo sin esta clásica heladería que acompañó las previas de los teatros a muchísimos argentinos. Declarado actualmente como Sitio de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, la Cadore original se fundó a fines del siglo IX en Italia, hasta que sus dueños decidieron mudarse a la Argentina, abriendo su versión local en 1957.

Aún se pueden encontrar sabores como "Kinotos al whisky"; "Higos con nueces"; "Marron glacé" y "Torroncino". Pero también existen gustos nuevos como el "Mango naranja" o la "Frambuesa". Helados Cadore sostiene el encanto de otra época y, al entrar en ella, parece un viaje nostálgico al pasado.

Desde hace 45 años que esta heladería es la favorita de los vecinos de Belgrano. Como otros históricos del rubro, Gruta es el negocio de una familia que fue pasando su pasión por el helado de generación en generación. Su sambayón sostiene la fama bien ganada al igual que el dulce de leche, un clásico imbatible de los argentinos.

Aquí también, al igual que en Cadore, existen "gustos de abuelo". Pero sin olvidar su pasado se pudieron sumar muchos sabores nuevos. La calidad de sus heladores proviene de los productos utilizados al natural, sin esencias ni sabores artificiales. Gruta también es reconocida por sus almendras caramelizadas, que suelen acompañar a los potes de kilo.