“Hay algunos jugadores del mercado que solo conocen al Massa que trabaja 16 horas por día y dialoga con todos, pero me parece que de acá al viernes van a descubrir al que conocemos en la política, que cuando se cansa de que lo quieran boludear pelea con todo lo que tiene”, sostuvo este martes en un tuit, Cecilia Moreau. El mensaje de la presidente de la Cámara de Diputados, muy allegada al ministro de Economía, refleja el ánimo con que el titular del Palacio de Hacienda enfrenta la disparada de los dólares alternativos.
Este martes Massa sostuvo en redes sociales que se"utilizarán todas las herramientas del Estado para ordenar esta situación" y agregó que "Notificamos al FMI de las restricciones que pesaban sobre la Argentina y vamos a cambiar en la rediscusión del programa". Con relación a esta frase, en el mercado se interpreta que hoy se utilizaron reservas del Banco Central para contener a los dólares financieros, una política que históricamente fue desaprobada por el Fondo.
El ministro aseguró que se va a "usar a la Justicia Penal económica como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos y a la UIF (Unidad de Información Financiera) y a la CNV (Comisión Nacional de Valores) para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero".
Frente a las tensiones cambiarias, la conducción económica viene trabajando desde hace días en distintos frentes. Uno se vincula con el Fondo Monetario Internacional. Justamente el organismo dio a conocer a través de un portavoz que "El staff técnico continúa trabajando con las autoridades argentinas para fortalecer el programa económico acordado con el país en el contexto de la sequía muy severa". Y agrega: "Los intercambios entre las autoridades y el equipo del Fondo Monetario Internacional avanzan de manera constructiva".
Se trató de una señal que las autoridades argentinas esperaban en su intento de tranquilizar a la plaza cambiaria. Sucede que más allá de los esfuerzos que Massa viene realizando para obtener apoyo de distintos organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial, lo cierto es que el principal acreedor del país y el único que puede aportar un volumen importante de recursos para estabilizar la economía argentina a corto plazo es el FMI.
En este sentido, el jueves parte una delegación argentina a Washington para avanzar con los nuevos detalles del acuerdo en marcha con el organismo internacional, según pudo saber Ámbito. Esa negociación buscará fijar nuevos objetivos y también, la aspiración oficial sería lograr el anticipo de desembolsos (tarea que se reconoce no será sencilla) con el propósito de fortalecer las reservas del BCRA.
Por otro lado, en los pasillos del Palacio de Hacienda, se comentó el fastidio de Sergio Massa con el accionar de Pesce. “Por eso se pudo al frente”, comentan. Cuestionan que la autoridad monetaria no haya tenido un rol más activo en el mercado de cambios para evitar las sacudidas del dólar. Dicen, “en el mercado ya le tomaron los tiempos”.
Es más, se comenta que fue el ministro Massa quien pidió al presidente Alberto Fernández que convocara, como sucedió ayer, al presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, para que tomara una actitud más decidida frente al desborde de las cotizaciones.
La reunión del jefe de Estado y el titular del BCRA fue breve –no más de unos 20 minutos- aunque Pesce permaneció en la Casa Rosada casi dos horas. Sin embargo, el resultado de ese encuentro, no se tradujo en una postura más firme de la entidad monetaria.
De hecho, más cerca del mediodía cuando el presidente Fernández ratificó a Miguel Pesce, a los pocos minutos, se conoció el tuit de Sergio Massa donde anunciaba que pensaba utilizar todas las herramientas necesarias para frenar la escalada de la divisa.
El Presidente se ocupó públicamente de garantizar la continuidad del titular del BCRA y, puertas adentro de la Rosada, afirman que “ambos funcionarios cuentan con el respaldo de Alberto”. El problema es que Pesce y Massa tendrían diferentes miradas respecto a cómo tratar esta crisis.
Otra de las preocupaciones en el Palacio de Hacienda es evitar una salida de depósitos en pesos que contribuya a aumentar las presiones cambiarias (el último dato disponible, correspondiente al miércoles pasado, muestra que se retiraron $ 250.000 millones de plazos fijos).
Más aún, y ante la continuidad de las subas en los dólares financieros, en el Ministerio de Economía se supo que esta mañana “pidió a la mesa del BCRA que tuviera una fuerte intervención en el mercado de cambios”.
En tanto, la situación sigue agravándose por los recortes en las previsiones de cosecha. Ahora la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que la producción de soja será de sólo 22,5 millones de toneladas, la mitad de los 45 millones que promedió en las últimas cinco campañas.
Una cifra semejante calcula la Bosa de Comercio de Rosario, situándola en 23 millones de toneladas. En sus informes, esta entidad señala que la ola de calor de marzo sobre el escenario de sequía deja los peores rindes nacionales de los últimos 15 ciclos agrícolas. La entidad, además, advirtió que la siembra de trigo en la zona núcleo caería entre 15 y 60%.
En suma, se considera que, para los principales cultivos del país, es decir trigo, maíz y soja, la campaña arrojaría una producción del orden de los 70 millones de toneladas, más de 50 millones por debajo de los 125 millones correspondientes al ciclo anterior.
Esto explica que el campo, el principal aportante de divisas por exportaciones, esté liquidando cerca de la mitad de los ingresos que se podrían esperar en situaciones normales, según estimaciones privadas.
En este contexto, las reservas internacionales se ubican en niveles mínimos. Rondan los 600 millones de dólares de acuerdo con la metodología de cálculo del FMI, según un informe de la consultora Ecolatina. Las reservas netas se ubican en 1.768 millones de dólares, según el economista Martín Polo, de Cohen.
A pesar de la turbulencia del mercado, el Banco Central pudo comprar este martes unos u$s41 millones en el mercado de cambios, gracias al ingreso de divisas proveniente del dólar agro. De esta manera, la autoridad monetaria acumuló en abril un saldo positivo de u$s230 millones.