La compañía estatal Aerolíneas Argentinas terminó 2022 con un resultado negativo de u$s 246 millones, el “mejor” número desde su reestatización en 2008, según informaron desde la empresa. Así surge del balance contable que aprobó la Auditoría General de la Nación, y que fue revisado por la consultora internacional KPMG. Para 2023, aspiran a no recibir ningún aporte del Estado y analizan salir a financiarse al mercado, según reveló Pablo Ceriani, presidente de Aerolíneas Argentinas, en diálogo con la prensa.
Este miércoles por la tarde, en las oficinas de Aeroparque, Ceriani presentó los resultados del último balance de 2022. Allí se observa que las pérdidas fueron de u$s 246 millones, una mejora del 44% respecto al año anterior (u$s439 millones en 2021), y una pérdida muy por debajo de la prepandemia, cuando en 2019 había trepado a u$s667 millones.
En cuanto a los aportes del Estado Nacional, en 2022 fueron de u$s353 millones, casi la mitad que en 2021, que habían trepado a u$s645 millones, un dato elevado, que había que remontarse a 2013 para encontrar un número superior. En la prepandemia (2019) los aportes del Estado habían sido de u$s426 millones.
Sin embargo, Ceriani aseguró que en el 2022 el Estado le asignó a Aerolíneas Argentinas un presupuesto de $47.000 millones, el 50% de lo recibido en 2021. De lo presupuestado, se utilizó el 67%, por lo que el restante (correspondiente al período 2022) fue utilizado en parte este año, dado que fue devengado pero no transferido: $3.000 millones en enero y otros $3.000 en febrero. Desde entonces, la empresa no utilizó aportes del Estado.
Ceriani explicó los motivos por los que cree que 2022 tuvo las menores pérdidas desde la reestatización. Por un lado, por la alta demanda en vuelos internacionales, en donde obtienen rentabilidad: “El mercado internacional no se recuperó de la pospandemia, desde los fabricantes hasta las líneas aéreas. Plantas como Airbus y Boeing no abastecen la oferta, y el tráfico internacional está al 70% de la prepandemia, por lo que hay mayor demanda de tickets que oferta, y eso nos permite tener mayor participación en destinos como por ejemplo Brasil”, señaló.
Por otro lado, destacaron la “eficientización” de los procesos internos. “Actualmente hay 11.680 empleados, con una facturación de u$s1.900 millones. En 2019 tenías 12.000 empleados y facturaban u$s1.700 millones”, aseguró el titular de Aerolíneas. Destacaron también el impacto de la fusión de Aerolíneas Argentinas con Austral, la reducción de los tiempos de descanso en el exterior, el decreto de las bandas tarifarias y el acuerdo con los gremios de técnicos aeronáuticos. “La gestión es austera”, afirmó una fuente oficial.
Ante la consulta de cuánto de la mejora en los resultados se debe a los aumentos de las tarifas de cabotaje, Ceriani contestó: “La tarifa está influenciada por tener mayor demanda que oferta, hace poco salimos a buscar cuatro aviones Airbus A330 y conseguimos dos. También porque apuntamos a tener un servicio más premium que las low cost”. Según datos de la empresa, las tarifas de cabotaje aumentaron 20% en dólares desde la prepandemia, y las internacionales, 30%, sin contar los impuestos.
Desde la empresa aspiran a que el 2023 termine con un mejor resultado económico, y poder hacerlo sin aportes del Tesoro, algo que no ocurrió nunca desde la reestatización. En la ejecución presupuestaria tienen proyectados $90.000 millones, pero todavía no terminaron de ejecutar lo del 2022.
A nivel financiero, desde Aerolíneas revelaron que analizan salir a financiarse al mercado, con títulos en dólar linked, “como tiene YPF”. Destacan que con los ingresos por la venta de pasajes cubren los gastos corrientes, desde el combustible hasta los salarios, pero que podrían utilizar las emisiones para no financiarse con el Tesoro y utilizar el dinero para inversiones.
Además, indicaron que están sumando nuevas unidades de negocios, como los aviones de carga, donde realizarán el primer vuelo la semana que viene, junto con servicios de mantenimiento.
Pese al salto abrupto en el dólar, el objetivo de Aerolíneas es este año llegar a los 14 millones de pasajeros transportados: 11 millones de cabotaje y 3 millones internacionales, y así poder superar el récord histórico que ocurrió en 2019.
Es que pese a que la disparada del dólar, la aceleración de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo repercuten en el consumo, Ceriani se mostró optimista: “La demanda desde el exterior está muy fuerte, porque hubo políticas para captar demanda externa, y a la vez es barato para los extranjeros venir. Al mismo tiempo, también vemos que el argentino siempre intenta poder irse de vacaciones, y con la inflación usa los pesos para comprar pasajes, no se observaron caída en las ventas durante la última semana, por ejemplo”.
Ante la consulta de si salir a dar esta comunicación busca ser una señal fiscal en medio de una corrida cambiaria, desde Aerolíneas explicaron que no fue pensado con esa estrategia: “Está bueno mostrar que la compañía esta financieramente más sana, más con tantos ataques desde la oposición”, afirmó Ceriani.
De todos modos, desde la empresa no trabajan con escenarios de cierre, como plantean algunos sectores de Juntos por el Cambio, o inclusive el diputado Javier Milei. “No podemos pensar esta compañía pensando que va a cerrar, porque los contratos, procesos y la flota son todos con planes a 3 años, con horizonte a 2025”, explicó Ceriani. “Hay destinos a donde no llegan otras aerolíneas, no pueden dejar desconectado al país de un día para el otro, la presión de las provincias va a ser muy fuerte”, agregó.
Además, desde la aerolínea buscan mostrar el impacto económico en números. “Aerolíneas puede verse como un costo, pero esa inversión tiene beneficios. En cuanto a lo fiscal, $109 millones en pago de impuestos. En cuanto a la economía, el aporte en 2022 fue de u$s 6.000 millones, según cómo lo mide IATA, es un dato que lo pusimos en las memorias del balance”, concluyó Ceriani.