Marlon Ganchozo y su cambio de cancha

De los golazos a los colazos. La vida de Marlon Ganchozo, campeón ecuatoriano y de la Recopa Sudamericana con Liga de Quito en 2010, cambió durante la pandemia. Ahora ‘juega’ en otras canchas, algunas están en zonas candela del suburbio de Guayaquil. En su nuevo trabajo ya no reparte balones a sus compañeros, sino cajas de gaseosas.

Ahora luce jean y un atuendo con los logos de la empresa para la que labora, además de que cambió los zapatos deportivos por unas botas de cuero de seguridad. El defensa y volante bien podría ser parte de cualquier equipo de LigaPro, pero actualmente labora en la entrega de productos.

Las calles del suroeste porteño, que ahora recorre, no tienen nada que ver con los camerinos ni concentraciones.

Llega a las tiendas con los pedidos, abre las puertas del camión y baja el carrito para cargar las jabas con las botellas, a la par que está atento ante posibles robos.

“Es la forma de ganarme la vida de buena manera. Todavía no me he retirado del fútbol, creo que tengo mucho que dar. Lo he dejado a un costado, pero hay que ganarse primero el sustento diario de manera honrada. A raíz de la pandemia todo cambió, se vino abajo la economía deportiva y tocó cambiar de labor”, detalló Ganchozo.

Estuvo vinculado al fútbol hasta 2017, cuando fue parte de Guayaquil Sport, y de ahí tomó la decisión de buscar nuevos rumbos.

“Llevo cuatro años en la empresa. Soy un vendedor júnior, nos encargamos de llevar los productos a las tiendas donde han hecho los pedidos”, contó.

Ganchozo confesó que fue duro tomar la decisión de dejar los campos de juego, después de alcanzar grandes éxitos con Liga de Quito, y de sentir que todavía podía ser un aporte para los equipos.

“Para un jugador que ama lo que hace, dar un paso al costado es difícil, y con la edad que tenía... Gracias a Dios no estoy arrepentido de la decisión que tomé. Pasar de entrenar a darle con todo a la fuerza fue un paso diferente. Lo lindo es que tengo trabajo y los fines de semana juego con varios equipos en torneos de empresas y barriales”, manifestó.

Recuerda con cariño las coronas alcanzadas con los albos que hicieron que su nombre sea reconocido en el medio.

“Fue lo mejor que me pasó en mi carrera, la Recopa del 2010 y el campeonato nacional en el Capwell el mismo año. Tener los recuerdos, las medallas, las fotos, es lo que te deja el fútbol”, señaló.

Tiene un sueño pendiente, jugar en Barcelona, equipo del que dijo es hincha. “El presidente Alfaro Moreno me conoce de cuando estuve en su academia. Si ahora me preguntaran, diría que en el Ídolo me gustaría retirarme”, sentenció.

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