El Banco Central (BCRA) sigue regulando el cepo cambiario y tapando cualquier rendija por la que se le puedan seguir escapando dólares a través del mercado oficial de cambios (MULC), por lo que, luego de su reunión habitual de directorio de este jueves, emitió una norma que modifica varios puntos de las regulaciones que moderan el acceso al mercado cambiario, en su mayoría, con foco en las condiciones para las empresas que operan en comercio exterior, pero, también ajustó algunos puntos que afecta a los individuos.
Y es que la Comunicación “A” 7766 fija, en el último apartado de los seis que componen la norma, que la adquisición de tarjetas de regalo o equivalentes de tiendas o locales radicados en el exterior con tarjetas de crédito, compra, débito o prepagas emitidas en el país requerirán, desde este viernes 12 de mayo, conformidad previa del BCRA.
Según pudo saber Ámbito, estas tarjetas eran utilizadas por muchos usuarios para tener un monto en dólares para consumo congelado a precio más barato que el que tendría en algunos días previo a un viaje al exterior. Era una manera de adelantar consumos garantizándose un tipo de cambio más económico para una compra futura.
Cabe mencionar que los montos cargados en esos instrumentos de compra que no superaran los u$s300, ese monto se podía abonar en pesos al precio del "dólar tarjeta" (el oficial minorista más el impuesto PAIS del 30% y un 35% reintegrable en concepto de adelanto de Ganancias), lo equivale a un tipo de cambio de $421,7, sin necesidad de aprobación alguna.
Al hacer la carga anticipadamente al momento del consumo, el tipo de cambio aplicado, que sigue la evolución del oficial, era más conveniente de lo que sería en el futuro. Pero, a partir de esta nueva norma, para hacer esa operación se requiere permiso previo del Central y, de esta manera, el acceso a esa posibilidad se hace más complejo.
Aunque esa modalidad era practicada por algunos usuarios de tarjetas, no implicaba montos significativos, pero, tal como explica el economista Federico Glustein, “el objetivo es cercenar el acceso a los dólares por todas sus formas legales, evitando, así, el arbitraje y los rulos”.
De este modo, esa modalidad se suma al listado de otras que requieren autorización del BCRA, como las participaciones en juegos de azar y apuestas de distinto tipo, las transferencias de fondos a cuentas en billeteras virtuales, las transferencias de fondos a cuentas de inversión en el exterior, las operaciones cambiarias en el exterior y las compras de criptoactivos.
Glustein afirma que “hay miles de maniobras, como: cursos, regalos, compras encubiertas, que podrían ser escapes para obtener un mejor tipo de cambio”. Por eso, constantemente aparecen regulaciones de este tipo. Pero insiste en que “no es el principal nicho de salida de divisas”.
Sin embargo, sí considera que este tipo de normativas tienen incidencia, por ejemplo, en la dinámica de los sitios de compra on line, y opina que “son elementos que pueden ayudar a acelerar las cotizaciones paralelas, sobre todo del dólar blue, ya que va a ser el único libre al cual accederán los consumidores”.