Después de meses de insistir y no ser escuchados, docentes de las escuelas Reconquista, Liceo 11 y Rawson, que funcionan en el mismo edificio de la Ciudad de Buenos Aires, filmaron a las ratas que invaden la institución para llamar la atención de la supervisión. La respuesta fue mucho más insólita de lo que cualquiera podría esperar: el gobierno porteño les mandó un gato.
"En el día de la fecha, el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires trajo un gato a un edificio donde funcionan tres colegios (Reconquista, Liceo 11 y Rawson) con el fin de eliminar las ratas que hace meses habitan el lugar", explicaron los docentes en un comunicado donde reclamaron: "En primer lugar, nos parece un despropósito, una burla y negligencia que pretendan 'solucionar' el problema de esta manera, que sabemos responde al desfinanciamiento y vaciamiento de la educación pública. En segundo lugar, este accionar obedece al maltrato animal penado por la ley 14346".
"Chimuelo" se llama el gato, según los papeles de vacunación que envío el GCBA conjunto al animal que había sido castrado una semana antes y que, lamentablemente, se asustó y escapó por lo que ahora los docentes, además de convivir con las ratas, deben encontrarlo. En ese sentido, remarcaron que "un gato es un ser vivo y como tal" no pueden "permitir que viva en estas condiciones que se imponen" por lo que "exigimos que el ministerio se haga cargo, de forma inmediata, de la situación de higiene e infraestructura de la escuela. Como así también, que el gato sea considerado un animal con derechos y viva en un hogar con los cuidados que merece".
Desde el Gobierno de la Ciudad se negaron a contestarle a C5N en lo que consideran cuestiones "que parecen poco serias". El canal entrevistó a Gabriela, docente del colegio, que retrató que una rata "le camino entre las piernas". "Hicimos un montón de escritos y la respuesta siempre es que ellos se hacen cargo del punto de vista pedagógico pero que no pueden dar solución a este tema. Es ridículo", expreso la docente.
Este no es el único colegio de la Ciudad donde se enviaron gatos para desratizar. Sucedió también en el Colegio Huergo y en otro del barrio de Villa Crespo.
