El cerebro y los testículos comparten cosas en común: ¿de qué se trata este nuevo descubrimiento?

 El cerebro y los testículos comparten cosas en común: ¿de qué se trata este nuevo descubrimiento?

Aunque sean dos partes del cuerpo netamente distintas, tanto en sus formas como también en cuanto a su utilidad, un nuevo estudio reciente encontró algunas cuantas características similares entre el cerebro de los hombres y sus testículos.

De acuerdo a lo publicado por la revista Science Alert, el cerebro y los testículos "tienen la mayor cantidad de proteínas comunes, en comparación con otros tejidos del cuerpo humano", de acuerdo a lo que escribe en un artículo el equipo dirigido por la científica biomédica Bárbara Matos, miembro de la Universidad de Aveiro, en Portugal.

Si bien el cerebro posee un papel sumamente complejo, que no es nada más y nada menos que lograr controlar nuestros cuerpos, recibiendo e interpretando señales de los órganos sensoriales, sin mencionar que gestiona todos nuestros pensamiento y sentimientos, los testículos humanos tienen solo dos funciones principales: la producción de esperma y hormonas.

Algunos estudios anteriores sugirieron que existen vínculos entre la disfunción sexual y los trastornos cerebrales, repercutiendo incluso entre la inteligencia y la calidad del semen. Por supuesto, estos vínculos por sí mismos no significan mucho, pero parece ser que ahora el equipo de investigadores de Portugal y el Reino Unido encontraron una explicación de por qué podrían existir.

Los científicos compararon distintos tipos de proteínas en 33 tipos de tejidos diferentes, entre los que se incluyen el corazón, el intestino, el cuello uterino, los ovarios y la placenta, encontrando así que los testículos y el cerebro comparten 13.442 proteínas en común. Esto se corrobora con estudios de expresión genética que muestran que estos dos órganos situados a distancia comparten el mayor número de genes entre todos los órganos del cuerpo.

Un estudio reveló que, contraer la COVID-19 puede afectar negativamente a la fertilidad, especialmente a los hombres. Al vigilar mucho más de cerca las proteínas compartidas, el equipo de científicos descubrió que están involucradas principalmente en el desarrollo de los tejidos y la comunicación celular. Estas proteínas compartidas "tienen sentido cuando se tiene en cuenta lo inesperadamente similares que son los dos tejidos en muchos aspectos", explica el equipo.

Pese a que las células tienen, entre sí, "propósitos muy diferentes", las neuronas funcionan de manera similar a los espermatozoides de varias formas. Ambas células cuentan, por ejemplo, con tareas importantes que implican mover cosas desde su interior a su entorno exterior, el cual es un proceso llamado exocitosis.

Así es como las células del cerebro se comparten neurotransmisores entre sí. En los espermatozoides, se utiliza el mismo proceso para liberar importantes factores de fertilización.

En las neuronas, la exocitosis también está involucrada en el crecimiento de sus brazos ramificados que alcanzan los denominados colectivamente neuritas (como las dendritas y axones), mientras que en los espermatozoides este proceso permite que sus entrañas se fusionen con un óvulo.

"Este es un tema poco explorado, por lo que es necesaria la aclaración de la conexión entre estos tejidos, lo que podría ayudar a comprender las disfunciones que afectan al cerebro y los testículos", sostuvieron los investigadores.

Estos hallazgos presentan muchas preguntas. La más obvia de estas es cómo dos órganos tan dispares terminaron compartiendo tanto en común. Los investigadores sospechan que es porque ambos están fuertemente influenciados por el proceso de especiación.

Así como los animales separados por millones de años de evolución y evolucionados a medio mundo de distancia entre sí, pueden desarrollar los mismos rasgos, también pueden desarrollar diferentes grupos de tejidos dentro del cuerpo humano.

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