El mercado mejoró levemente las proyecciones de crecimiento para la economía brasileña, un dato que suele seguirse de cerca al tratarse del principal destino de las exportaciones argentinas. Se da, además, en un contexto en el que el Gobierno busca alcanzar acuerdos para sostener el comercio bilateral con su principal socio sin resentir las reservas.
De acuerdo al informe Focus que publica el Banco Central de Brasil, las proyecciones económicas de los analistas mejoraron: se redujo el pronóstico para la inflación de este año (pasó de 6,03% a 5,8%) y se corrigió al alza el crecimiento del PBI: de 1,02% a 1,2%.
“Es cierto que vienen mejorando las proyecciones de crecimiento para este año, pero no deja de ser un crecimiento aún muy débil”, aclaró al respecto Santiago Manoukian, jefe de Research en Ecolatina, quien agregó: “Además, ocurre en un contexto de deterioro en las proyecciones de crecimiento para el año que viene. En un marco en el cual el crecimiento de los principales socios comerciales, según las proyecciones del FMI, va a seguir siendo menor al promedio mundial. Eso es una preocupación para el frente externo de Argentina, en relación a la demanda de nuestras exportaciones”.
El economista resaltó, en ese contexto, la preponderancia que tiene Brasil como socio comercial: “El año pasado el 33% de nuestras exportaciones industriales fueron a Brasil, cerca del 15% de las totales. Por lo tanto, un crecimiento más débil atenta contra una demanda más robusta de las exportaciones que requerimos”.
En ese escenario es que el Gobierno busca llegar a acuerdos con Brasil para poder sostener el comercio bilateral, en un contexto de escasez de divisas. “Lo más relevante en el corto plazo es qué pueda conseguir Argentina en estas negociaciones con Brasil. Por ejemplo, buscar si se puede obtener un mayor crédito comercial para importadores en Argentina. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el año pasado tuvimos un déficit comercial bilateral de cerca de u$s3.500 millones. Y tanto Brasil, como sucede también con China a través del Swap, están interesados en que no se corte el flujo comercial y no perder terreno en el mercado argentino. Por lo tanto, el incentivo de Brasil también está: es que su industria viene alicaída en los últimos años y poder colocar productos en nuestra economía es relevante también para su industria manufacturera. Ahí podría lograrse un win-win si ese mayor crédito llega”, explicó Manoukian a Ámbito.
“Es decir que la mayor preocupación ahora tiene que ver con la ayuda que nos pueda dar Brasil para, de alguna manera, no demandar tantos dólares para importaciones provenientes de ese país y poder así infringirle un menor daño a la actividad económica por esta fuerte restricción externa que estamos atravesando, por tener un tipo de cambio atrasado que genera un exceso de demanda de divisas, sobre la cual se montó al severa sequía y reservas netas negativas, entonces es necesario liberar importaciones sin tener que sacrificar tantos dólares”, concluyó el economista.
Luego de meses de iniciadas las negociaciones, a fines de mayo el ministro de Economía, Sergio Massa, viajará a China para participar de una reunión del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), conocido como banco de los BRICS, donde se analizará la posibilidad de modificar uno de los artículos de la entidad financiera con el objetivo de que se pueda obtener una garantía del NBD para el financiamiento del comercio bilateral y que esto le permita avanzar con el compromiso asumido por el presidente Lula da Silva con el mandatario Alberto Fernández de financiar las importaciones brasileñas.
Luego del déficit de la balanza bilateral en 2022, la tendencia en el intercambio comercial con Brasil parece sostenerse durante este año. Es que en el primer cuatrimestre, el rojo llegó a los u$s1.774 millones, producto de que las importaciones alcanzaron los u$s5.613 millones (+26,2% interanual), mientras que las exportaciones totalizaron u$s3.839 millones (+6,9% interanual).
“Las perspectivas hacia adelante no son favorables, sobre todo para los próximos meses en un contexto que los impactos de la sequía sobre la cosecha y las exportaciones agroindustriales se profundizan. Para evitar un torniquete adicional sobre las importaciones -más que necesario frente a la profundización del rojo comercial con Brasil- y evitar a su vez el debilitamiento del nivel de actividad interna y del nivel de comercio con el país vecino, se está negociando un nuevo esquema de mecanismo de garantías que permita un uso más amplio de monedas locales para las operaciones de comercio bilateral (algo similar a lo que comenzó a utilizarse con China)”, analizaron al respecto desde la consultora Abeceb.
Y concluyeron: “El resultado de las negociaciones marcarán el rumbo del comercio bilateral hacia adelante, donde un resultado positivo permitiría continuar con las importaciones sin la utilización de dólares gracias a la financiación a través de los bancos centrales”.