Mientras el diseño de estrategias para reducir el índice de femicidios continúa ocupando la centralidad de la agenda de los feminismos en nuestro país, la Cámara de Diputados intenta darle abordaje a las otras metodologías de violencia de género. Una de ellas es la "sextorsión" o "pornovenganza", que se despliegan entre usuarios digitales de todas las edades.
La Comisión de Mujeres y Diversidad, emitió un dictamen unificado de los proyectos que buscan modificar la Ley 26.485 de Violencia contra la Mujer para incorporar la figura de la "violencia digital" como una nueva modalidad. Hasta el momento, se encuentran tipicadas las violencias física, psicológica, sexual, económica, patrimonial y simbólica.
El debate entre las legisladores giró en torno a dos proyectos: uno denominado "Ley Olimpia", de autoría de la presidente de la comisión, la diputada Mónica Macha (Frente de Todos); la otra, llamada "Ley Belén", presentada por Danya Tavela (Evolución radical).
En ambos se coincide que la violencia digital tiene para la víctima consecuencias tan graves como otros tipos de violencia, solo que difieren en sus penalidades: la propuesta de Macha habilita a los jueces a la remoción del contenido digital, mientras que la de la legisladora radical busca incorporar la figura al Código Penal y establecer multas y penas de entre tres meses a dos años de prisión.
Como ambos proyectos no son excluyentes, obtuvieron dictamen en comisión y ahora pasarán a la Comisión de Comunicaciones e Informática de Diputados para su tratamiento.
En el debate, Mónica Macha pidió "avanzar con la educación digital" y precisó que el proyecto fue "trabajado en conjunto con distintas organizaciones”. "Me parece que forma parte de aquellas cuestiones de las que tenemos que responsabilizarnos como sociedad; es necesario tipificar la violencia digital como parte de las violencias a las que somos sometidas”, agregó, por su parte, la diputada Tavela.
La especificidad de la violencia digital contempla la práctica de la difusión sin consentimiento de contenidos íntimos, también denominado "sextorsión". Esto supone el chantaje por parte de un usuario digital o un conocido de la víctima para que realice una determinada acción o entregue una cantidad de dinero bajo amenaza de que se publiquen imágenes íntimas. El caso de la "pornovenganza" refiere directamente a la difusión sin consentimiento de contenido sensible.
Se entiende como una violencia contra las mujeres porque implica una "conducta que, por acción u omisión, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, en el plano analógico o virtual,basada en una relación desigual de poder, afecta su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal".
El Ministerio de Justicia de la Nación sugirió, en caso de ser víctima de "sextorsión", guardar todas las pruebas que puedan aportar información a los peritos informáticos, antes de presentarlos a una comisaría o fiscalía: chats, correos electrónicos, capturas de pantalla y cualquier tipo de contenido.
Además, recomiendan no compartir fotos íntimas a través de redes sociales, mantener actualizados los antivirus, proteger los dispositivos con contraseñas seguras, aprender a cifrar información sensible y solo descargar archivos seguros o ingresar a sitios oficiales.
El proyecto de Mónica Macha se denomina “Ley Olimpia” en reconocimiento a la militante mexicana Olimpia Coral Melo, quien fue víctima de la violencia digital e impulsó reformas legislativas en su país. Su lucha inspiró la creación del grupo Ley Olimpia Argentina, que contó hasta con el impulso de la ex ministra de Mujeres y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.
Por su parte, la Ley Belén propuesta por Danya Tavela se referencia en el caso de la policía Belén San Román. Oriunda de la localidad bonaerense de Bragado, tenía tan solo 25 años cuando se suicidó en el 2020 luego de que su ex pareja difundiera videos íntimos.