En el marco de la causa que investiga la amenaza de atentado contra un vuelo de la empresa Aerolíneas Argentinas, trascendieron los mensajes que la única sospechosa del hecho, la azafata Daniela Carbone (47) cruzó con su hija Candelaria (21), precisamente antes de ser demorada por la Policía.
Actualmente, Carbone permanece detenida y es investigada por los delitos de "intimidación pública" y "entorpecimiento de los servicios públicos", por las amenazas que estuvieron dirigidas al avión que iba a despegar desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza el 21 de mayo, con destino a la ciudad de Miami.
Por los mensajes intimidatorios que habría enviado Carbone, las autoridades tuvieron que evacuar a los 270 pasajeros que estaban a bordo, y las demoras ocasionados provocaron un gasto estimado en u$s1.000.000.
El domingo 28 de mayo, Carbone regresó de Miami y, apenas tocó tierra, se comunicó con su hija, sin saber que sería detenida pocos minutos después.
Según reveló el celular de su hija, Carbone estaba preocupada por la limpieza de la parrilla que la hija habría usado junto a su novio. “Es un quilombo limpiarla si no se usa papel de aluminio”, le pidió.
Candelaria, molesta, le respondió: “Uy, pará, siempre tenés algo para decir”, a lo que Carbone retrucó: “Ya sé que volví y te cagué la vida”.
“Estás infumable, no se te puede hablar. Llegás y no parás de dar indicaciones, ya sé que te tengo que ayudar”, le espetó Candelaria.
La madre, molesta, retrucó: “Si vas a estar con cara de orto cuando llegue y no se te puede hablar, andate a lo de tu novio. Todos estos días estuviste con él en casa”.
Por otra parte, Carbone le consultó a la hija cómo se encontraba Blanquita, su gata: “Blanca está bien, tranquila, que no se murió. Y la parrilla está limpia”, replicó la joven.
La madre, intensa, insistió: “Sos una mentirosa, no te creo nada, sólo pensás en vos”, la acusó Carbone.
Evidentemente, por las respuestas que le daba su hija, Carbone se encontraba alterada. “Cuando bajes un cambio, seguimos hablando. Con vos así, no se puede”, escribió la hija, para cerrar esa primera parte del chateo.
Luego, se produjo el descenso en Buenos Aires del vuelo A330 en el que estaba Carbone, y en ese momento cambió el tono de los mensajes, con el que le mandó la azafata: “Hija, me llevan detenida”, para luego agregar: “Hija, ni una palabra a nadie”.