Luego de que el presidente de Estados Unidos Joe Biden promulgara la ley aprobada por el Congreso para elevar el techo de la deuda y así evitar el default, el Departamento del Tesoro dijo este lunes que ya puede hacer frente a las obligaciones de pago del gobierno federal.
"Ahora que el Congreso ha actuado para suspender el límite de deuda, el Tesoro tiene las herramientas necesarias para garantizar que Estados Unidos siga cumpliendo con todas sus obligaciones", dijo el portavoz del Tesoro, Christopher Hayden, en un comunicado enviado por correo electrónico.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, había afirmado a principios de mayo que si el Congreso no aprobaba la elevación del techo de la deuda Estados Unidos podría entrar en default a principios de junio.
"Nuestra mejor estimación es que seremos incapaces de seguir cumpliendo con todas las obligaciones del gobierno a principios de junio, y potencialmente tan pronto como el 1 de junio, si el Congreso no eleva o suspende el límite de deuda antes de ese momento", dijo Yellen en una carta al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
La Cámara de Representantes y el Senado aprobaron la ley la semana pasada después de que Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, llegaran a un acuerdo tras tensas negociaciones.
El anuncio fue hecho en horario televisivo central y detrás del histórico escritorio del Salón Oval. De esta manera, en una transmisión en vivo, Biden aseguró que el acuerdo bipartidista fue un compromiso en el que "nadie obtuvo lo que quería". En Estados Unidos, los presidentes siempre reservan en el reconocido salón para momentos de grave peligro o de importancia nacional.
El Congreso adoptó esta semana el proyecto de ley que suspende hasta enero de 2025 el techo de la deuda federal, lo suficiente para atravesar las presidenciales de 2024 sin que se repita la pulseada. Fue el resultado de semanas de arduas tratativas entre Biden y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en las que los demócratas acusaban a los republicanos de tomar a la economía estadounidense como rehén al insistir en recortar el gasto para acompañar el aumento del límite de endeudamiento.
Dicha norma fija ciertos límites al gasto federal y prevé una reducción de u$s10.000 millones en los fondos asignados al fisco para modernizar e intensificar controles. "Encontrar un consenso más allá de las diferencias partidarias es difícil. La unidad es difícil, pero nunca debemos dejar de intentar", dijo el demócrata de 80 años en su corto discurso.
Sin el acuerdo, Estados Unidos se arriesgaba a un default o cese de pagos de sus obligaciones desde el lunes 5 de junio, fecha límite fijada por el Tesoro. Esto habría desencadenado probablemente el pánico en los mercados, enormes pérdidas de empleo y una recesión, con implicaciones mundiales. "Nada hubiese sido más irresponsable ni más catastrófico", dijo el mandatario.