Dermatitis atópica, la enfermedad en la piel que no deja dormir a los niños

 Dermatitis atópica, la enfermedad en la piel que no deja dormir a los niños

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que no es contagiosa, pero que genera enrojecimiento, descamación y picazón intensa, lo que lastima e infecta la piel. Por estos motivos, se presenta como una alta carga para los niños y para sus familias.

Ante brotes significativos, a los pacientes les cuesta dormir de noche, concentrarse en la escuela o en el trabajo y elegir una vestimenta que no exponga sus lesiones, pero que tampoco irrite más la piel, entre otros aspectos cotidianos.

El estudio PEDISTAD es una investigación internacional observacional -de la que participa Argentina- que incluyó más de 700 niños con dermatitis atópica moderada o severa de hasta 12 años. En particular, el objetivo de esta observación era describir las características clínicas y epidemiológicas y la respuesta a los tratamientos de niños con dermatitis atópica, que -por la severidad de su cuadro- eran candidatos a tratamientos sistémicos, como biológicos o los inmunosupresores clásicos.

Según el estudio, el 27,9% de los niños con dermatitis atópica en Argentina presenta las formas moderada o severa de la enfermedad, aunque esta investigación "refleja que existe una población pediátrica significativa que no logra un control adecuado con los tratamientos tópicos estándar, que son cremas y emolientes, y requiere tratamiento sistémico".

El estudio notó que en aquello que están tratados con un biológico, lograron una mejoría significativamente mayor en los signos y los síntomas de la dermatitis atópica, con un menor porcentaje de efectos adversos y necesidad de discontinuar la terapia, que aquellos tratados con los inmunosupresores clásicos a 2 años de tratamiento. Además de ser el más eficaz para controlar la enfermedad, es el que sostiene esos beneficios a más largo plazo sin necesidad de interrumpir el tratamiento, en comparación con el resto.

El PEDISTAD arrojó que 6 de cada 10 niños (59%) presentaban además comorbilidades asociadas, conocidas como inflamación de tipo 2, fundamentalmente respiratorias (asma o rinosinusitis).

"Identificar que la inflamación de tipo 2 está involucrada en el desarrollo de estas enfermedades nos da la pauta de las decisiones terapéuticas que tenemos que tomar para que el paciente, en aquellos casos que corresponda, logre el mejor control posible del cuadro en forma integral, considerando la dermatitis y el resto de las manifestaciones que presenta", agregan los profesionales.

Este hallazgo sobre la elevada presencia de comorbilidades refuerza la necesidad de realizar un abordaje multidisciplinario del paciente, junto con especialistas en alergias y neumonología.

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