Correa: mi plan de gobierno soy yo

Ya está el plan programático de Rafael Correa en caso de que su movimiento gane las elecciones: él y nada más que él. En una entrevista a diario El País, el prófugo expresidente detalló su plan que se resume en seis puntos. De los seis, todos tienen que ver con su impunidad, su sed de venganza y con la recuperación del poder, pensando que en esta ocasión será para siempre. ¿Seguridad? Nada. ¿Empleo? Naranjas. ¿Salud? Ni pío. Se trata de un plan en el que el principio y el final es él, en el que no existe otro objetivo que saciar su infinita y perversa obsesión con el poder y con la necesidad que tiene de borrar su prontuario y el de los suyos para garantizar su retorno.

Según este plan, lo primero que hará el correísmo será convocar a una asamblea constituyente. ¿Para qué? No lo dice explícitamente pero el objetivo es evidente: borrar todas sus cuentas pendientes con la justicia y elaborar una nueva constitución que le permita retomar el control de todo el Estado. Luego está la reelección indefinida, declarando inválida la consulta popular de 2018 que la prohibió. Claro, para de esa forma convertirse en el eterno candidato que ganará ya sea gracias a su popularidad o a las mañas que un consejo electoral de su propiedad monte para que no se le escape una sola victoria. La tercera propuesta es colocar nuevas autoridades del Estado: se refiere a las autoridades de control que colocó el Consejo de Participación Ciudadana de transición, también aprobado en la consulta de 2018. Es decir, poner en la Fiscalía, Contraloría, las cortes y las superintendencias a palafreneros suyos sacando a quienes ahora están ahí. Aunque es reiterativo, la cuarta propuesta es eliminar los procesos y sentencias judiciales en su contra: “con nuestra victoria se derrumba inmediatamente porque todo es político”. Los dos últimos puntos son: ser candidato presidencial y que la fiscal Diana Salazar se enfrente a la “verdadera justicia” una vez que “pierda la protección del Estado”. ¿Y el país? Se sobreentiende que con él de regreso todo se habrá solucionado.

Correa es un obseso, cuyo único interés es apoderarse del poder para el resto de su existencia. Si regresa será la réplica de Daniel Ortega en Nicaragua: no habrá nada ni nadie que pueda oponerse a su reino y a su voluntad.

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