Semáforo de la economía: cuáles son las variables que sigue de cerca el mercado

 Semáforo de la economía: cuáles son las variables que sigue de cerca el mercado

Las condiciones financieras de la economía cayeron por cuarto mes consecutivo de -127.5 a -159.6, el peor nivel desde abril del 2020, es decir la pandemia. La pérdida mensual es totalmente atribuible a las condiciones financieras locales. La buena noticia es que como el índice es un promedio mensual, el arrastre es positivo y es altamente probable que veamos una mejora en junio.

Así se desprende del Índice de Condiciones Financieras (ICF) que mensualmente difunde el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) en conjunto con la consultora Econviews.

El subíndice de condiciones locales se ubicó en –179 puntos, una caída de más de 35 puntos respecto de los -143.8 de abril. Este es el peor registro del ICF local desde que comienza la serie en 2005. El componente local del ICF está negativo desde agosto de 2019 ininterrumpidamente y lleva 46 meses seguidos en zona de stress.

Ocho de los diez componentes cayeron en mayo mientras que sólo dos mejoraron en la comparación intermensual. Las tres variables que generaron más preocupación al mercado son:

- La devaluación esperada, medida por el NDF de un año.

- La suba de la tasa de interés dispuestas por el Banco Central durante mayo pegaron fuerte sobre la Badlar.

- El tercer componente que generó más pérdidas al ICF local fue la confianza en bancos que se mide a través de los depósitos en dólares.

Este goteo paró en la segunda mitad del mes de manera que es uno de los componentes que podría recuperarse en junio. Del lado positivo ayudaron, aunque muy marginalmente, los componentes de acciones y liquidez bancaria.

El subíndice de condiciones externas mejoró por segundo mes consecutivo y pasó de 16.4 a 19.4 puntos y así quedó por quinto mes consecutivo en territorio positivo, es decir zona de confort. Esto implica que en los últimos cinco meses el indicador estuvo más alto que su promedio histórico.

Cinco de las diez variables que lo componen mejoraron su comportamiento en abril mientras que cinco de ellas cayeron. Lo que más sumó al índice fueron las monedas emergentes. En la región lo vimos con la apreciación del real que hace unas semanas se ubica en menos de 5 unidades por dólar, un indicador favorable a la Argentina por sus exportaciones de bienes y turismo. La peor performance entre las variables internacionales fue de los commodities. Claramente esto juega en contra de la Argentina y lo vimos con la soja negociándose en Chicago debajo de los 500 dólares por tonelada después de mucho tiempo. De todas formas, las variaciones de las variables fueron en la mayoría de los casos casi testimoniales lo que explica que el sub-índice se movió muy poco el mes pasado.

En un entorno local muy decepcionante al menos hay dos variables que no están en zona de stress. Ellas son la liquidez de largo plazo y las acciones. De las 8 que se encuentran estresadas hay cinco con un estrés importante. La depreciación esperada es la peor de todas, pero en esa lista también están el riesgo país, inflación, tasa de interés y brecha cambiaria. Entre las dos que están del lado bueno hay que decir que la liquidez de largo plazo es un subproducto de la baja penetración bancaria en términos de créditos al sector privado, de manera que si bien econométricamente aporta al índice nos rehusamos a tomarla como buena noticia. La suba del Merval en moneda dura, en cambio, sí es una buena noticia y de hecho el componente “acciones” presenta una mejora interanual.

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