El Banco Central de China recortó dos tasas de interés claves este martes 20 de junio, luego de tomar medidas similares la semana pasada, en un nuevo intento de contrarrestar la desaceleración de su economía, la segunda más grande del mundo.
Una de las tasas clave es el tipo de interés preferencial LPR a un año, que sirve como referencia para los préstamos a empresas, fue reducido de 3,65% a 3,55%, informó el Banco Popular de China (BPC, central) en un comunicado.
El otro valor de referencia que se modificó fue el LPR a cinco años, que se utiliza en las hipotecas. Este cayó a 4,2% desde 4,3%.
Muy seguidos por los mercados, estos dos tipos están ahora en su piso histórico. Habían sido reducidos la última vez en agosto de 2022.
Esta decisión, anticipada por los mercados, pretende animar a los bancos comerciales a conceder más créditos y a tipos más ventajosos. La medida debe permitir, por tanto, apoyar la actividad en un contexto de ralentización económica.
La tan esperada recuperación post Covid-19 en China, tras el levantamiento de las restricciones sanitarias a finales de 2022, tiende a agotarse en las últimas semanas y apenas se materializa en algunos sectores.
Para revitalizar la economía, el Banco Central ya había reducido el jueves pasado la tasa para sus préstamos a medio plazo a las instituciones financieras (MLF). Una medida que permitiría inyectar 237.000 millones de yuanes (30.600 millones de euros) en la economía.
Anteriormente, la entidad había ajustado el principal tipo de interés para los préstamos de liquidez a corto plazo (siete días) a bancos comerciales.
Estos anuncios recientes "muestran claramente que los dirigentes políticos están cada vez más preocupados por la economía", afirmaron este martes en una nota los economistas Julian Evans-Pritchard y Zichun Huang, de la firma Capital Economics.
"El apoyo al crecimiento pasa ahora ante otras consideraciones, como a la rentabilidad de los bancos" pero "una fuerte aceleración del número de préstamos sigue siendo improbable y la recuperación seguirá dependiendo principalmente del sector de los servicios", señalan.
La economía se ve perjudicada por el sobreendeudamiento del sector inmobiliario (un tradicional pilar de crecimiento), un consumo a media asta en un contexto de incertidumbre en el mercado laboral y la desaceleración económica mundial, que pesa sobre la demanda de bienes chinos.