Horas para validar las fórmulas de las Alianzas. Ni el frío logró aquietar los ánimos alterados en todo el país. El Caso Chaco fue desplazado por Jujuy. Arden las internas ahora también por las listas y avales. Solo el fin de semana XXL (otro más) dio algún respiro a los piquetes. El clima no ayudó mucho al turismo. Casi hasta el Día del Padre pasó desapercibido. Se postergó la misión de Economía al FMI (pero sin Massa).Hasta ayer el silencio de CFK, recluida en el sur (con Máximo), dominaba al oficialismo. Preocupa el nivel de tensión política. Comienza el invierno. Veamos:
Si bien el Caso Chaco con impacto sobre los resultados de las PASO venía dominando lo mediático, erosionando incluso, los resultados del oficialismo del domingo en esa provincia, el in crescendo de los sucesos en Jujuy, a partir de un inoportuno cambio en la Constitución provincial, disparó una ola de protestas tanto en el norte como en la Casa de Jujuy (Av. Sta Fe al 900).
Los hechos, sin embargo, no suficientemente aclarados aún, además de disparar una serie de denuncias cruzadas, en especial en este último caso que tiene al actual gobernador, titular de la UCR, y hasta eventual candidato a vice en una de las fórmulas presidenciales, Gerardo Morales, en el epicentro de la tormenta. En ambos casos las especulaciones son de lo más variadas, aunque la “casualidad” no entra en ninguna de ellas y, así como llama la atención que gente de la política y dirigentes sociales se puedan ver involucrados en hechos policiales a días de elecciones en las que ellos mismos se juegan candidaturas, de igual forma los observadores no terminan de entender el cálculo que pudo haber hecho Morales para presionar con un cambio constitucional en uno de los momentos más frágiles de las definiciones sobre alianzas, fórmulas y listas, y justo cuando la oposición está recibiendo casi tantas críticas como el oficialismo debido a las fuertes peleas internas. Sin embargo, como viejo lobo político, el norteño logró algo impensado hace apenas un par de días atrás: la reunión de las dos facciones enfrentadas del PRO: los macristas (Patricia Bullrich) y los larretistas, cerrando un fuerte cerco alrededor del mandatario radical, situación también inesperada para el oficialismo, que tampoco las tiene todas consigo.
Es que el asunto de Capitanich en Chaco está lejos de estar terminado y tampoco se sabe hasta donde afectó la imagen del actual mandatario y exjefe de gabinete de Cristina Fernández que, todavía, tiene margen para recuperarse y revertir los últimos resultados en la primera vuelta del 17 de septiembre. En los mentideros políticos, de todos modos, este es un tema menor frente a la actitud ”rebelde” adoptada por el presidente Alberto Fernández; la insistencia de Daniel Scioli con participar de las PASO a nivel nacional (vs. los que quieren una fórmula única), y hasta la resistencia del gobernador Axel Kicillof de dejar la bastante probable reelección en la provincia de Buenos Aires para ser cabeza de la fórmula nacional, mucho más riesgosa, aunque es lo que aparentemente quiere Cristina.
Mientras las internas en las dos principales agrupaciones se seguían multiplicando, la Ciudad cabecera también se veía alterada por las cada vez más numerosas marchas de piqueteros, y movimientos sociales reclamando por más planes, ayuda de distinta índole (situación que se intensificará en los pocos días hábiles de esta semana). Solo el levantamiento de la protesta de media docena de gremios del río reunidas en la Cámara Armadora de Remolque, que tenía paradas las exportaciones, trajo algún alivio a los atribulados funcionarios, tras la concesión de aumentos por sobre la inflación, además de algunos adicionales.
Pero este tema, justamente, es el que desvela a las empresas y también a Economía, que intenta evitar la devaluación con la que insiste el FMI, y que ahora se tratará “en forma virtual”, tras la postergación (hasta nuevo aviso) del viaje que debía iniciarse el lunes “sin la presencia del ministro Sergio Massa”, que se sigue barajando como uno de los candidatos posible del oficialismo, incluyendo el enroque con Kicillof que podría ir a la Nación, y el ahora ministro ir a Buenos Aires. “No podría extrañar. Tiene el respaldo de los intendentes del Conurbano, porque es uno de ellos, y maneja nada menos que la primera (circunscripción). Puede ser una salida”, reconocía un analista de lo que ocurre en el poderoso y estratégico cinturón del AMBA.
De todos modos los ojos siguen puestos en la inflación que, aunque bajó un tanto a 7,8% en mayo, y algunos analistas prevén una desaceleración a partir de aquí, otros temen un nuevo salto con los aguinaldos de este mes, y los problemas climáticos que siguen afectando la oferta, especialmente de alimentos. De ahí que las alimentarias no oculten su preocupación por los aumentos de insumos clave, que impactan en sus estructuras de costos en tanto, por la política de acompañamiento a precios justos, existen autorizaciones con índices claramente inferiores a los niveles de inflación. Uno de los casos es el del azúcar, de uso corriente en alimentos y golosinas, y que a nivel industrial tuvo un aumento del 370% entre junio del año pasado y mayo del ‘23, muy superior a la inflación y a las autorizaciones oficiales en punta de góndola.
Los elaboradores de alimentos señalan que el precio del azúcar a nivel local no se condice con los valores estables que el producto tiene en el mercado internacional. La justificación pasa por las fuertes pérdidas productivas en la última zafra, situación similar a la del trigo (la producción cayó casi 50%), cuyo precio interno es desde hace meses, muy superior al internacional, comentaban en una mesa de The Brighton, un grupo de industriales reunidos el martes pasado, 13 (como para alejar a los demonios).
Si alguien creyó que el muy prolongado fin de semana largo por el Día de la Bandera y el feriado puente (para favorecer un turismo que esta vez no respondió tanto) iba a permitir mejorar la situación en la conmocionada Ciudad que, hasta ahora, comanda Horacio Rodríguez Larreta, se equivocó ya que, aún sin piquetes, la Ciudad fue un infierno debido a los cierres por maratones, carreras de bicicletas y hasta el concurso internacional de asado, que impidieron circular, sumado a cantidad de gente haciendo cola en bares, teatros, restoranes y cines de los principales circuitos, que llamó la atención debido a la situación económica. Tanto así que algún analista ensayó una explicación en base al crecimiento de la economía irregular que también es palpable. “Hay mucha actividad informal. También la crisis mundial del ‘29 fue precedida por un boom de consumo...”, explicaba el hombre no del todo convencido.
Con todos estos antecedentes se enfrenta ahora una semana “súper corta”, igual de intensa en paros, protestas y bloqueos, en la que se vivirá hoy la noche más larga del año (y principio del invierno), y en la que deberán darse importantes definiciones políticas que se especulaba con que se conocerían algunas ayer, pero que se postergaron por los sucesos nacionales.
Y no fue lo único que se suspendió. También la inauguración del Gasoducto Nestor Kirchner que se construyó en tiempo récord y que ayer comenzó el proceso de llenado. Hubiera sido, tambien, un momento para escuchar señales de la interna que siguen demoradas.