El más interesado en que se devele el contenido del tercer informe del caso Gabela debería ser el expresidente prófugo de la justicia, sobre cuyo régimen se ciernen graves sospechas acerca de que el asesinato del excomandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana y principal denunciante de la compra dudosa de los helicópteros Dhruv, general Jorge Gabela Bueno, haya sido fraguado desde las altas esferas del poder político.

Si tan cierto es, según el expresidente y sus acólitos, que el asesinato de dicho general fue producto de la delincuencia común y no consecuencia de sus denuncias, ¿por qué les asusta tanto que el tercer informe se reconstruya, y se devele a los ciudadanos su contenido? ¿Por qué lanzar tanto lodo en redes sociales -para lo que han demostrado ser muy buenos- al trabajo de la Comisión creada por el Ejecutivo para reconstruir dicho informe? Es una inexplicable reacción del exmandatario y de aquellos cuyo trabajo es repetir lo que dice, salvo que la sospecha se ubique más del lado de la realidad que de la elucubración.

La familia del general Gabela merece saber la verdad. Los ciudadanos merecen saber la verdad. Ningún alarido desesperado de un expresidente endeudado con la justicia ecuatoriana debe impedir que la verdad y solo la verdad salga a la luz.