Fomentar interacciones valiosas es trabajar por la camiseta

Fui al supermercado y vi algo que llamó mi atención. Una adulta mayor con problemas de movilidad física y no vidente usaba su silla de ruedas como carrito de compras, lo que sucedió a la vista de todos. Ninguna de las personas que laboran ahí se motivó a ofrecerle a la señora una compra asistida para que el proceso se desarrolle de acuerdo a los protocolos establecidos, esto es, con carro de compra del establecimiento. La discapacidad visual dificulta reconocer productos. La compra asistida es una excelente opción de servicio al cliente, ya que brinda atención personalizada, es inclusiva y actúa en prevención de manipulación errónea involuntaria, que ocasiona deterioro de otros productos al caerse o en el intento de reubicarlos. En otras palabras, cumple con el principio ganar-ganar. Yo la vi en la fila de la caja y le cedí paso. Le pregunté por qué no usó el carrito de compras y me respondió: “el ciego no ve y nadie ve al ciego; si se me cayó algo, yo no pago. Ahí quedo”.

Todos quienes trabajamos estamos atentos a nuestras labores propias pero eso no quita la posibilidad de dar el tan necesario paso extra y no caer en la robotización humana. Alguien debió notarlo, empezando por quien monitorea el sistema de control de cámaras, pero nadie vio. Fomentar interacciones valiosas entre cliente y empleado producirá fidelidad de clientes y aumento en las ventas.

Marysol del Castillo

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