Dibujos realizados hace unos 75.000 años fueron hallados en una gruta de Francia, cuando el Hombre de Neandertal ocupaba ese territorio, y serían por tanto los más antiguos de los que se tengan registro.
Los grabados realizados con los dedos fueron hallados en las paredes calcáreas de una gruta, se informó este jueves en la revista estadounidense PLOS One.
Estos grabados excepcionales tienen al menos 57.000 años y "probablemente" 75.000 una época en que el Homo Sapiens, ancestro del hombre moderno, no estaban instalado en el oeste de Europa.
"Estos descubrimientos muestran que los grabados parietales no son de Homo sapiens", subrayaron los investigadores, en referencia al hallazgo en la gruta de la Roche-Cotard, en las riberas del río Loira, a unos 20 kilómetros al oeste de la ciudad de Tours, en el centro de Francia.
Dicha gruta, "estuvo inaccesible hasta 1912, fecha en la que el propietario del terreno en el que está situada abrió la entrada", se apuntó.
Excavaciones fueron realizadas en los años 1970 pero fue solo 2008 cuando se reanudó un verdadero trabajo de investigación en la gruta de la Roche-Cotard.
Los trabajos llevaron al descubrimiento de los grabados, "localizados en una pared de piedra calcárea suave de una decena de metros de largo".
En su mayoría trazados con dedos, los grabados "representan motivos no figurativos, algunos más o menos simples como impactos de dedos rodeando un gran fósil incluido en la roca o formando largos trazados que cubren una vasta superficie, algunos de ellos más elaborados", precisó el comunicado.
Trabajos de investigación posibilitaron reproducir experimentalmente tales trazados y sobre todo "confirmar su carácter humano", lo que elimina cualquier probabilidad de que sean producto de un fenómeno natural o de una acción animal.
También "descartaron la posibilidad de que los trazos fueron realizados después de la apertura de la cavidad en 1912".
Les dataciones "obtenidas en 2023 muestran que la gruta fue cerrada hace 57.000 años" por limos provenientes de inundaciones sucesivas, prueba de que nadie penetró después al lugar, donde neandertales dejaron también instrumentos y osamentas de animales.