Indiana Jones y el dial del destino llega a los cines 42 años y tres secuelas después de la primera aparición del emblemático y querido personaje interpretado por Harrison Ford. La película dirigida por James Mangold marca lo que se supone será la última aventura del arqueólogo más famoso de la ficción.
El personaje creado por George Lucas y dirigido en las anteriores películas por Steven Spielberg, quienes son productores ejecutivos de esta quinta entrega, vivirá su última aventura cuando acaba de jubilarse. El arqueólogo deberá enfrentarse a un enemigo de su pasado para recuperar un legendario dial de Arquímedes que puede cambiar el curso de la historia.
La película es un claro homenaje a los puntos más fuertes de la saga. Mangold recurre sin arriesgar demasiado al tipo de aventura que llevo a Indiana Jones ser el icono cultural en que se convirtió, quizás el problema es que no siempre esas intenciones llegan a buen puerto.
En Indiana Jones y el dial del destino, parece que el arqueólogo regresa a la pantalla cansado, cabe destacar que Ford tiene 80 años. El argumento hace un excesivo énfasis en todos sus achaques y problemas, entre ellos varios de índole familiar (una buena forma de dejar fuera a ese hijo interpretado anteriormente por Shia LaBeouf). El espíritu aventurero da pie a un lado más pesimista de héroe, que de a poco va encontrándose con su verdadero ser, pero quizás de una forma a la que no estamos acostumbrados.
Las primeras secuencias de la película plantean que el misterio que se debe resolver proviene de un enemigo conocido interpretado por Mads Mikkelsen. En un largo flashback hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, la trama muestra a Indiana junto a Basil (Toby Jones). De nuevo, ambos enfrentan al Tercer Reich para evitar que utilice objetos de enorme valor arqueológico —e importancia mística— para su propio beneficio. Aquí se hace uso de CGI para rejuvenecer el rostro de Ford, algo que por momentos se luce gracias al uso de luces, o mejor dicho la falta de ellas, pero cómo paso con El Irlandés de Scorsese, en otros momentos no esta a la altura.
De vuelta a 1969 y acompañado por su ahijada, Helena Shaw (una excelente Phoebe Waller-Bridge), Indy se verá envuelto en otra aventura en contra del tiempo en la que el destino del mundo depende de ellos.
El elenco de la película se completa con buenas apariciones de Antonio Banderas, Boyd Holbrook, Shaunette Renée Wilson, Thomas Kretschmann, Olivier Richters, Ethann Isidore y el regreso de dos viejos conocidos: Karen Allen y John Rhys-Davies.
El resultado final es una película digna de la saga, una última aventura que sirve tanto como despedida para Harrison Ford y también un cierre que encuentra su merito en hacer olvidar el mal sabor que dejo Indiana Jones y la calavera de cristal.
Dirigida por James Mangold y escrita por Jez Butterworth & John-Henry Butterworth y David Koepp y James Mangold, basándose en los personajes creados por George Lucas y Philip Kaufman, la película está producida por Kathleen Kennedy, Frank Marshall y Simon Emanuel, con Steven Spielberg y George Lucas como productores ejecutivos. John Williams, quien ha puesto música a todas las aventuras de Indy desde la original vuelve para esta película.
Indiana jones y el dial del destino llega a los cines el 29 de junio.