Luego de los numerosos disturbios que hubo a lo largo de Francia durante las manifestaciones en protesta de la muerte de un chico de 17 años en manos de la policía, el presidente Emmanuel Macron anunció una ley urgente para acelerar las reparaciones de los miles de comercios y edificios afectados.

Desde el Gobierno también se mostraron dispuestos a "anular" las cargas sociales y fiscales para los comercios atacados. La federación francesa de aseguradoras France Assureurs indicó que se declararon 5.800 incidentes de particulares y profesionales.

En en acto ante más de 300 alcaldes, el mandatario centrista afirmó que era "prudente" sobre el riesgo de un repunte de la violencia, aunque consideró que "el pico de los últimos días ya pasó".

El evento se dio en un contexto en el que los conflictos están en aparente desacelerada. El lunes a la noche hubo 24 edificios afectados y 159 autos incendiados. Además, la policía detuvo a 72 personas.

Aunque el análisis de los hechos y las respuestas sean complejos, Macron ya anticipó que presentará una ley urgente para reparar los daños. De todos modos, las posturas en el arco político francés sobre cómo enfrentar este escenario de crisis social son muy dispares.

La clase política sigue sin ponerse de acuerdo sobre la raíz del estallido de violencia, como constató Macron durante la reunión con los alcaldes.

La derecha y la ultraderecha piden mano dura contra los autores de los disturbios pero desde la izquierda hacen hincapié en el rol de la policía en los suburbios y la situación general en los barrios más pobres de Francia.

"La República no tiene que disculparse. Ya ha hecho mucho por estos barrios", dijo el alcalde derechista de Meaux (al noreste de París), Jean-François Copé. Su par de Nanterre, Patrick Jarry (izquierda), consideró que abordar la misión de la policía era "ineludible".

Las primeras propuestas evocadas por Macron en una visita el lunes a policías se orientan hacia la primera opción, al mencionar la posibilidad de "sancionar económicamente" a las familias de los jóvenes que participen en los disturbios. Su ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, recordó a la fiscalía la "responsabilidad penal" de quienes no ejerzan la autoridad parental, que puede conllevar penas de hasta dos años de prisión y 30.000 euros de multa (32.700 dólares).

"Si la solución a todos los conflictos sociales es una respuesta represiva del Estado para restablecer el orden, con mucha probabilidad la violencia continuará aumentando", dijo a AFP el sociólogo Denis Merklen, especialista en las protestas en los suburbios.

Los habitantes de barrios donde "el Estado es omnipresente" gestionando el transporte o las viviendas sociales se sienten "menospreciados" y "si no se rebelan, atraen muy poca atención de la prensa", agregó Merklen, de la Universidad Sorbonne Nouvelle.

Los disturbios se desataron la noche del martes 27 de junio tras la muerte de Nahel, un joven de 17 años a quien un policía disparó a quemarropa durante un control de tránsito en Nanterre, un suburbio de París. Un vídeo captó el momento y las calles de todo el país estallaron con protestas.

El drama volvió a poner en primer plano el recurrente debate sobre la violencia policial en Francia.

A partir de ese momento, hubo incendios en comisarías, escuelas y ayuntamientos, además de saqueos a comercios y disparos contra las fuerzas de seguridad.

La situación escaló en el fin de semana luego de que un auto impactara el domicilio del alcalde de Haÿ-les-Roses.

En una semana de disturbios, hubo 3.486 personas detenidas y 808 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos, según el Ministerio del Interior. Además, 5.892 vehículos fueron incendiados y 1.105 edificios y 269 comisarías dañados, indicó la misma fuente.

En respuesta a las protestas contra el policía responsable del caso de gatillo fácil, una figura de la ultraderecha organizó una colecta de fondos para él. Por el momento, lleva recaudados más de 1,5 millones de euros (1,6 millones de dólares).

La iniciativa fue tildada de "colecta de la vergüenza" por representantes de la izquierda y la familia del joven abatido presentó una denuncia en contra.

Por el contrario, otros grupos organizaron una colecta para la madre de Nahel, el joven de 17 años que murió. Sin embargo, hasta este martes, sólo lograron juntar 395.600 euros (unos 430.700 dólares).