Una clase política que vea más allá de coyunturas electorales

Pese a que aún no empieza oficialmente la campaña, lo que encontramos en redes sociales y otros medios no es muy alentador. Insultos personales, descalificaciones, polarización, injuria y calumnia parecen ser el sello de la mayoría de nuestra clase política. Las intensas riñas entre sus miembros son una realidad perturbadora, clara evidencia de que Ecuador necesita nuevos liderazgos. Quizá sea esta la respuesta que debemos dar desde la ciudadanía. Ojalá entendamos que quien grita, insulta, denuesta y miente en campaña se convertirá en un gobernante sin liderazgo positivo e incapaz de consenso y de la confianza necesaria para realizar una buena gestión pública; que quien no respeta a sus adversarios o contradictores políticos tampoco respetará a los ciudadanos cuando le hayamos otorgado máximas facultades como gobernante para administrar nuestras libertades. Quien no es generoso en campaña no tendrá empatía para entender nuestras necesidades y urgencias. Un candidato que muestra incapacidad de bondad y compostura, demuestra cómo se comportará cuando detente el poder: será arrogante, mezquino e indecoroso; alguien sin verdadera vocación de servicio ni sentido de propósito superior. Siempre nos dicen en campaña que el poder está en nosotros, en nuestro voto. Reflexionemos en esta nueva oportunidad. Seamos razonables e inteligentes al ir a las urnas. Concienticemos que si elegimos un mal candidato será un mal gobernante. ¿En esta ocasión elegiremos un gobernante sin equivocarnos?

Mario Vargas Ochoa

Recomendar A Un Amigo
  • gplus
  • pinterest
Commentarios
No hay comentarios por el momento

Tu comentario