Un plan económico para una kamikaze

 Un plan económico para una kamikaze

Patricia Bullrich confundió el significado de recesión con el de deflación, entendiendo que uno y otro eran sinónimos. Luego le señalaron que las medidas que proponía eran opuestas entre sí, y no logro articular réplicas acertadas para el periodista de LN, Jonatan Viale… “si vos hoy ajustás el Estado vas a desajustar a la gente”, dijo auto refutándose. También se preguntó: "¿Por qué estábamos en deflación? ", luego de aseverar en otro pasaje que estábamos técnicamente en hiperinflación…

“Nuestra base de operaciones ha consistido en la audacia y el terror que, empleados hábilmente han dado este resultado admirable e inesperado. Establecimos en varios puntos depósitos de armas y encarcelamos como unos veinte extranjeros complicados en una supuesta conspiración; algunas bandas de soldados armados recorrían de noche las calles de la ciudad, acuchillando y persiguiendo a los mazorqueros; en fin: fue tal el terror que sembramos entre toda esta gente con estos y otros medios, que el día 29 triunfamos sin oposición” (Domingo F. Sarmiento, “Carta a Domingo de Oro”, 17 de junio de 1857, en Peña, Milcíades, La era de Mitre, Buenos Aires, Fichas, 1973).

El o los que ofician de equipo o asesor económico de Patricia Bullrich vienen masticando realizar el ajuste en el primer semestre 2023. Le estarían contando que con un ajuste fiscal, el BCRA ya no tendría que emitir pesos para el Tesoro con adelantos transitorios y se comprimirían los canales de emisión monetaria indirecta, induciendo a la futura presidenta, el envío de una nueva ley que apruebe la custodia de la independencia del BCRA y sus objetivos de política monetaria.

Se intentaría realizar un ajuste brutal de precios relativos, ya que si no lo hace de entrada no habría posibilidad alguna de equilibrio sustentable. Aún no existiría acuerdo sobre la magnitud de una maxidevaluación, se examina un piso de 35%, y un techo de 60%, para quedar con margen. Los mismos sádicos patrocinarían un tarifazo del 50% y desindexación de precios y salarios. No habría unificación del mercado de cambios por el momento, aunque se explicitaría un cronograma para alcanzar la unificación, con una creciente liberalización del cepo reinstaurado por Hernán Lacunza (2019), manteniendo inicialmente algunas restricciones.

La jugada cuenta con la incubación de un fenomenal superávit comercial 2024, debido a la extraordinaria devaluación del tipo de cambio oficial, manteniendo las retenciones, con una cosecha super recuperada respecto de la sequía 2023. Y, desde hoy, con la inauguración del gasoducto, aguardan exportaciones de energía por u$s 5.000 millones.

En el escenario optimista trabajan con un superávit comercial de u$s40.000 millones en 2024, con exportaciones de u$s 90.000 millones e importaciones hundiéndose a u$s50.000 millones, por la devaluación y las menores importaciones de gas, gracias al aporte del Gobierno peronista del gasoducto Néstor Kirchner, inaugurado en el día de ayer.

La política monetaria es todo un tema. La oferta de dinero se desaceleraría por la imposibilidad de emitir para el Tesoro, pero la emisión monetaria necesaria para comprar el superávit comercial sería un duro contrapeso para el rudo equipo del equipo. Para poder pagar los intereses de la deuda del BCRA en Leliqs, necesitarían para su cancelación una fuerte emisión monetaria y, no se tiene muy claro por cuanto, ni se estima bien que porcentaje se renovaría, ni siquiera la tasa apetecible para lograr adhesión. La emisión de dinero dependería del tamaño del superávit comercial devengado y sería de alrededor de u$s 25.000 millones.

La “opción licuadora” incluye una fuerte disminución en términos reales y en dólares de las Leliqs, por la fuerte devaluación y, a través de una tasa real negativa generada por el ajuste inicial de precios relativos más una hipotética mini hiperinflación inicial estimada en 70% solo para el primer trimestre 2024. La realidad es que pueden abrir la caja de Pandora.

Como las Leliqs son la contracara de los depósitos, si se produce un error de cálculo el desastre puede ser impresionante. Recuerde que los bancos captan depósitos, se dan vuelta y le prestan al BCRA, lo que involucraría que la licuación de las Leliqs dependería de que la gente no recuerde que Patricia Bullrich y su principal asesor fueron parte de la tribulación 2001. Si eso sucede, lo más probable es que el mercado descuente una hiperinflación inicial, caigan los depósitos y, el desarme de las Leliqs se produzca con la subsiguiente enérgica expansión de la base monetaria.

La demanda de dinero también enfrenta un problema concreto, y es que la cantidad real de dinero está en niveles mínimos en billetes y monedas y se viene deslizando en plano inclinado. Sin embargo, a pesar de que la cantidad real de dinero se encuentra en niveles mínimos, hay un exceso de pesos con lo cual los particulares compran dólares por donde consiguen, pudiendo la demanda de dinero seguir desmejorando debido a los meses previos de las PASO y las elecciones generales, más el temor del día después de un eventual primer puesto de Patricia Bullrich en las PASO, cuando todos vuelvan en sí.

Justamente, el inconveniente es que el plan kamikaze dispara las expectativas de inflación por arriba del 250%, lo cual podría llevar a una disminución de la cantidad real de dinero con depósitos a plazo fijo pagando una tasa menor a 10% mensual cuando se descuente una inflación muy superior. Parece que la han convencido de que toda esta jugada “a la ruleta rusa” coincidirá con la credibilidad del programa de estabilización preparado.

Sáenz Peña cumplió con su palabra enviando al parlamento el proyecto de Ley de Sufragio: “He dicho a mi país todo mi pensamiento, mis convicciones y mis esperanzas. Quiera mi país escuchar la palabra y el consejo de su primer mandatario, quiera el pueblo votar”. (Miguel Ángel Cárcano, Sáenz Peña, la revolución por los comicios, Buenos Aires, Eudeba, 1972).

El diputado Juan B. Justo señaló cuáles eran las intenciones del sector más “progresista” de la elite con la sanción de la ley electoral:

“…si se asiste a una nueva era política en el país, es precisamente porque han aparecido fuerzas sociales nuevas, materiales, y no porque hayan aparecido virtudes nuevas; es porque hay una nueva clase social, numerosa y pujante, que se impone a la atención de los poderes públicos, y porque es más cómodo hacer una nueva ley de elecciones que reprimir una huelga general cada seis meses”.

Patricia Bullrich debería repasar historia, además de estudiar economía. No es que el poder real y los technopols del elenco estable no puedan razonar lo que le estan vendiendo a Patricia Bullrich, sino todo lo contrario. Se aprovechan de su ignorancia y temeridad. Oportunamente lo convencieron a Menem y vino la segunda hiper, seguida del levantamiento carapintada-casi lo voltean-, más tarde Prat Gay y Sturzenegger poco más o menos detonaron a Macri en 2016-. Si convencen a “la piba” que la ciudadanía le va a creer después de disparar una hiperinflación y, que todo el esfuerzo inicial desembocaría en una inflación mensual 1%/2% en el segundo semestre, a los seis meses habría una crisis financiera de magnitud, con niveles incalculables de desequilibrio de las variables económicas, estallido social, represión y helicóptero… “quiera el pueblo votar”, pero que lo haga con sensatez. Vea la serie, rememore de 2001.

Director de Fundación Esperanza. https://fundacionesperanza.com.ar/ Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros

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