De acuerdo con cifras presentadas por Global Partners, en el marco de la segunda edición del Congreso Latinoamericano Drug Free Workplace, que organizó en conjunto a National Drug & Alcohol Screening Association, uno de cada cinco trabajadores ha dado positivo a drogas en empresas que no aplican ninguna medida de control y prevención (19,2%).
De acuerdo a los datos, en Chile el tener o no programas de prevención de drogas en el trabajo se ve reflejado en los resultados. Así, la tasa baja a 6,8% en compañías que realizan testeos esporádicos y se reduce a apenas 2,8% en aquellas que cuentan con un programa integral como el Drug Free Workplace (DFWP).
El análisis fue entregado por Patricio Labatut, socio y CEO de Global Partners, quien durante su exposición dejó entrever cómo cambia el escenario de pequeñas, medianas y grandes empresas, que se preocupan por controlar una problemática tan urgente como es el consumo de drogas, principalmente en jóvenes que “son los que concentran la mayor positividad”, dijo.
Según expuso, las cifras provienen de unos 8.000 testeos anuales en promedio, realizados en más de 100 empresas de distintos tamaños e industrias, subrayando que “se trata de resultados empíricos obtenidos bajo protocolos estandarizados por la International Organization for Standardization (ISO)".
En cuanto a la evolución de las cifras, el seguimiento iniciado en 2013 muestra un aumento sostenido en las empresas sin programas de control de alcohol y drogas, donde la tasa de positividad pasó de 10,1% a 19,2% en agosto de 2025.
En el caso de las compañías con intervenciones esporádicas, la cifra subió levemente de 6,3% a 6,8% en el mismo período.
Independiente del nivel de intervención, Labatut enfatizó que todo avance es relevante, pues “reducir la tasa de positividad de 19% a 6,8%, son tres veces menos casos, lo que se traduce en menos accidentes y mayor productividad”.
Por último, entre las empresas que implementaron el programa integral Drug Free Workplace, la positividad avanzó de 0,8% en 2013 a 2,8% en 2025, manteniéndose como el nivel más bajo entre los tres escenarios.
“En las empresas que no intervienen esta problemática no solo se ve afectada la seguridad y salud de los trabajadores, sino también la de los usuarios o clientes, como ocurre en el transporte de pasajeros”, señaló Labatut.
El debate que tomó lugar en el Hotel Mandarin Oriental, analizó también las drogas con mayor prevalencia en los distintos sectores laborales como el transporte, industria, construcción, comercio, servicios, energía y minería.
Del total de casos positivos, entre 50% y 65% corresponden a marihuana, dependiendo el nivel de intervención de cada grupo. En segundo lugar aparece la cocaína -que va en alza-, con una prevalencia que va del 18% al 29%, mientras que el policonsumo de ambas sustancias representa entre 7% y 16% de los resultados. El 4% restante corresponde a otras estupefacientes.
“Si la cocaína ocupa el segundo lugar en prevalencia, estamos frente a un grave problema en Sudamérica”, advirtió el gerente general, quien además enfatizó que muchas veces se trata de pasta base y otros derivados de baja pureza.
Hoy, la metodología predominante son los inmunoensayos de orina, con baja capacidad de confirmación en laboratorios certificados y evidenciando una falta de infraestructura técnica y personal especializado, sobre todo en zonas rurales.
El diagnóstico compartido por los expertos es que la mayoría de los países de la región carece de normas específicas, limitándose a la aplicación de políticas internas definidas por cada empresa. Todos coincidieron en la necesidad de avanzar hacia una regulación más clara.