Este miércoles fue un día muy emotivo para la familia de Felipe Briones Goich. Él mismo, acompañado de 3 de sus 4 hijos y de un yerno, estuvo presencialmente en el sur de Chile, en la planta productiva de Quellón y también en las dependencias de Puerto Montt de Yadrán. Allí hubo discursos, despedidas y más de una lágrima cayó en algunos de los asistentes, que eran en su mayoría, aparte de Briones y su familia, trabajadores de la compañía y miembros de sindicatos. Es que esta semana se conoció que Yadrán será vendida y pasará a manos de la japonesa Nissui Corporation, que es la dueña de Salmones Antártica. La operación, dada a conocer el 16 de diciembre, ocurre además en fechas emblemáticas para Felipe Briones. Fue hace justo 20 años que murió su padre, el empresario Hernán Briones Gorostiaga. Y además, fue hace 40 años exactos que Felipe Briones Goich se hizo cargo de la compañía (ver recuadro). Fundada en 1966 pero adquirida por la familia Briones en 1980, Nissui vio en la compra de Yadrán un complemento perfecto para sus operaciones. Yadrán se enfoca en la producción de salmón atlántico en 100%, mientras Antártica en trucha. Pero además Yadrán tiene ventajas operativas bastante marcadas: concesiones muy bien ubicadas al sur de la isla grande de Chiloé y su ya mencionada planta de Quellón, cerca de sus centros.Con esta venta, Felipe Briones se desprende de la propiedad y de la dirección de la única actividad empresarial que mantenía, y de una compañía por la que se jugó con todo. Incluso en tiempos complejos, como cuando el virus Isa asoló a la industria acuícola entera. Pese a los estragos, Briones se las arregló para que, aunque faltara dinero para insumos, nunca fallar en el pago de los sueldos a sus trabajadores. Esto explica la tristeza de los trabajadores, agrupados en cuatro sindicatos, que esta semana acongojados se despedían formalmente del empresario y su familia.
El “quinto hijo”Muy aficionado al esquí -disciplina que incluso lo hizo participar de unos juegos olímpicos en 1968, en Grenoble, Francia-, y a la pesca con mosca, para Felipe Briones Yadrán fue el negocio predilecto. “Su quinto hijo”, dicen en su entorno, incluso desde mucho antes de que con sus hermanos dividieran aguas en los negocios que forjó su padre. Fruto de esa división, quedaron este rubro acuícola para Felipe, y el rubro industrial y cementero -Cementos Biobio (CBB) e Indura- en manos de los otros hijos de este empresario: Hernán, Pablo, Anita y Loreto. Con el tiempo y en distintos momentos ellos también vendieron estos negocios.Durante 2025, y con la asesoría de Link Capital Partners, que ha sido un histórico asesor de Yadrán en procesos anteriores -uno reciente fue un refinanciamiento por unos US$ 80 millones en 2024 y otro por US$ 40 millones en 2023-, Felipe Briones Goich había emprendido un activo proceso de búsqueda de un potencial M&A para Yadrán, convencido de que era el camino que necesitaba la salmonera para escalar en el negocio. Con el mundo de la empresa en las venas, el empresario comprendía que estaba llegando el fin de ciclo de la firma en sus manos. Porque en el proceso de consolidación de la industria, las economías de escala se han hecho muy relevantes. Y para compañías como Yadrán, con ventas entre 30 mil y 40 mil toneladas al año, el equivalente a unos US$ 220 millones, se hacía cada vez más difícil competir con sus pares, por un tema de costos. Hay una matemática simple: las grandes compañías -como AquaChile, que están en niveles de produción sobre las 200 mil toneladas- pueden afrontar precios del salmón más bajos, e incluso así estar en línea azul, porque prorratean sus costos en más toneladas producidas y centros de cultivos. Los más chicos, en cambio, están al arbitrio de rentabilidades muy vulnerables, donde una contingencia en un centro de cultivo que afecte en algo la producción les desbarata el balance por completo.
Los Briones MarasovicLa sucesión, recalcan varias personas cercanas a este grupo empresarial, no fue en absoluto tema en esta decisión de venta, pues tres de los cuatro hijos de Felipe Briones -todos Briones Marasovic- viven en Chile. Y fuera de ser profesionales, han sido directores en la compañía y, lo que es más importante, se han desarrollado profesionalmente con negocios y emprendimientos propios. “Entienden de finanzas y de empresas”, dicen cercanos.Felipe Briones Marasovic, ingeniero comercial PUC y con estudios en la Universidad de California, en San Diego (UC San Diego), fue director de Yadrán en el pasado, entre 2016 y 2018, y aún antes había trabajado en Patagonia SeaFarms, radicado en Fort Lauderdale, Miami, una sociedad en la que participa Yadrán en 50% y que se dedica a la distribución de salmones en Estados Unidos. Este profesional había dejado su rol directivo en Yadrán cuando asumió como asesor de gabinete en el Ministerio de Medio Ambiente, en 2018, para luego seguir una ruta “medioambiental” en el sector privado. Trabajó en TriCiclos y en la actualidad está enfocado en un emprendimiento propio, la compañía Living Metrics que cofundó y que con la ayuda de IA diseña proyectos específicos de descarbonización para empresas. O sea, está inserta en proyectos de acción climática. La hermana mayor, Belinda, dedicó su vida al ballet. Incluso en su juventud entró al Teatro Municipal, luego se fue a Europa a estudiar danza -estuvo incluso en Florencia-, y terminó radicándose en Londres, donde vive con su familia. En ese país se dedicó al diseño de sombreros y tocados, lanzando colecciones propias, que le han dado renombre en revistas especializadas de moda, diseño y arte. Josefina, si bien también compartió el camino del ballet, estudió diseño en la PUC y profesionalmente armó su propia oficina de diseño, Briones Undurraga, en sociedad con María Ignacia Undurraga. Y Victoria, también diseñadora PUC y con un MBA de la Universidad de Chile y quien incluso ejerce un cargo gremial en el Chilean Salmon Council, se dedicó a desarrollar su negocio de joyería fina, además de ser piloto, igual que su padre. Ambas hermanas son actualmente directoras de Yadrán. Y las tres, como se ve, muy ligadas al arte y al diseño.
Comunidad de techoHoy esta rama familiar funciona en el edificio Tánica, en Vitacura. Es una suerte de comunidad de techo, donde cada uno de estos profesionales tiene su oficina y su espacio para sus respectivas actividades y emprendimientos. Pero entendidos apuntan a que con la liquidez que recibirá la familia, es probable que en el futuro tengan la necesidad de estructurar una suerte de family office o una entidad que les permita gestionar financieramente este patrimonio.Si bien la venta de Yadrán ya está acordada, falta que se perfeccione el cierre -se traspase y Nissui pague-, porque como en toda transacción todavía resta que se cumplan las llamadas condiciones precedentes, que en este caso tienen que ver con autorizaciones bancarias y documentales de diversa naturaleza, estimándose que el traspaso de Yadrán quedará concretado entre el 5 y 15 de enero, como plazo tentativo.Valorizada la compañía en unos US$ 321 millones, el pago debería corresponder a unos US$ 133 millones (el equity, descontadas deudas). Y gran parte de este monto irá a los Briones, que ostentan del orden del 93% de la firma. El restante accionariado corresponde a Chile Market (Vicente Muñiz) y a una sociedad donde participa el vicepresidente de Yadrán, Sergio Colvin y el director Gastón Cruzat. Cualquier decisión en torno a un family office, en todo caso, no será inmediata. Felipe Briones Goich tiene previsto tomarse su tiempo de desconexión, probablemente en el sur de Chile, donde maneja varios campos en la zona de la Patagonia, en Coihaique y alrededores que, si bien tienen alguna actividad ganadera, son más que todo para fines contemplativos y donde le gusta pasar parte del año, además del tiempo que dedica a visitar a su hija radicada en Reino Unido. Ahora sin duda tendrá más tiempo.
“Adriático”, y Felipe, “el responsable de su crecimiento y buenos resultados”La historia de Yadrán -que en croata significa Adriático- quedó plasmada de puño y letra del ya fallecido Hernán Briones Gorostiaga, en el libro “90 Años de Historia”, que él escribió en primera persona, relatando su vida, y cuya primera edición data de 2004. El 14 de diciembre de 2005 fallecería, a los 92 años.Allí contó que, aunque no tenía afición a la pesca, desde mucho antes de que se desarrollara la industria acuícola en Chile se había dado cuenta de que las riquezas del mar representaban una oportunidad para el país y que se sabía que los mares y fiordos del sur eran ideales para el salmón.La oportunidad de ingresar a la industria, relató Briones Gorostiaga, se presentó de manera casual, pues supo que los hermanos croatas Orhanovic vendían la fábrica Yadrán, una muy pequeña empresa que se dedicada al congelado de mariscos (locos y erizos). La compra la concretó en 1980, pensando en que era un negocio industrial y de exportación, en una llegada al rubro -dijo- “por conveniencia”, pensando en realidad en Indura. Ocurría que era una época en que en Chile había escasez de dólares y al adquirir este negocio de exportación, Indura podría tener dólares propios que facilitarían sus importaciones. “Pesquera Yadrán era una fábrica pequeña que a través de sus exportaciones generaba aproximadamente la misma cantidad que Indura necesitaba para su operación normal: dos millones de dólares”, apuntó en su libro. Briones Gorostiaga detalló que “nadie creía mucho en esta empresa”, y que sus socios en Indura, a quienes repartió acciones, se fueron retirando, mientras él se quedó con el 90%.“En esto tengo que agradecer a mi hijo Felipe, que en 1985 se hizo cargo de la empresa y la ha llevado a ser lo que es hoy. Se nota que le gusta el tema pesquero, que le ha tomado cariño y es él el responsable de su crecimiento y buenos resultados”, narró su padre en su autobiografía, señalando también que la empresa creció y se diversificó, pues junto con exportar salmón atlántico, en su historia estuvo también Chilefood, que opera la marca Angelmó en el mercado nacional, una unidad que luego fue vendida al grupo noruego Mogster.
