A Steve Jobs no se le escapa nunca un detalle sobre los avances tecnológicos, sean de Apple o cualquier otra compañía. En su hogar se encargaba de escoger cualquier aparato que se usara, incluyendo los lavarropas.
En los años 90, llegó a estar en un dilema sobre la que él consideraba mejor. La disyuntiva de Steve Jobs respecto a los lavarropas era entre elegir una producida en Estados Unidos u otra que era hecha en Europa.
Para Jobs el diseño no se limitaba a los nuevos dispositivos de lujo. Cuando acababa de comprar un lavarropas y una secadora nuevas se pasaba mucho tiempo analizando si era de calidad.
Su conclusión en la década del 90 fue: “Resulta que los estadounidenses hacen mal los lavarropas y las secadoras. Los europeos las hacen mucho mejor pero tardan el doble en lavar la ropa.”
Acto seguido, el empresario explicó los pro y los contra de cada modelo.
“Lavan con una cuarta parte de agua y la ropa acaba con mucho menos detergente”, decía Jobs y continuó “Y lo que es más importante: no ensucian la ropa. Utilizan mucho menos jabón y mucho menos agua, pero la ropa queda mucho más limpia, mucho más suave y dura mucho más”.
Al final Steve Jobs optó por electrodomésticos fabricados en Alemania. Que eran caros, pero porque nadie los compra en Estados Unidos. Finalmente, el empresario de Apple y The Walt Disney Company, quedó contento con su compra y electrodoméstico nuevo.
Hasta elogió a los creadores del aparato de lavar ropa: "los creadores realmente pensaron en todo el proceso: hicieron un gran trabajo diseñando este lavarropas. Me han emocionado más que cualquier otro producto de alta tecnología en años”.
Por otro lado, La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) suscribió lo dicho por Steve Jobs, indicando que los electrodomésticos de la firma alemana son los más duraderos.