En una nueva edición del ciclo Ámbito Debate, se abordó el presente y el futuro del sector clave para la Argentina: el energético. A lo largo de distintos paneles, funcionarios, directivos de empresas y expertos se dieron cita en la moderna torre Lex Tower, donde disertaron sobre las oportunidades y los desafíos que enfrenta esta industria.
La secretaria de Energía, Flavia Royón, participó nuevamente del evento y fue la protagonista del primer bloque. En una entrevista mano a mano con el director de Ámbito, Julián Guarino, hizo mención, entre otros aspectos, a la posibilidad de revertir en el mediano plazo la balanza energética, al rol de los hidrocarburos en la transición energética y el papel que puede tener Argentina a nivel global en este escenario.
En primer término, hizo mención a la importancia de la transición energética y las oportunidades que puede generar para el país: “La transición energética es parte primordial de nuestra agenda. Hoy es algo que se impone a nivel mundial y Argentina está comprometida en la reducción de emisiones. Dentro de este marco, se publicaron los lineamientos en materia de transición energética y estamos elaborando el plan de transición energética para nuestro país, en el Consejo Federal de Energía, en un debate participativo. La transición energética es una oportunidad para Argentina, porque tiene mucho para ofrecer. Primero, porque la matriz energética argentina es relativamente limpia, comparada con otros países desarrollados. Argentina tiene un potencial energético, cuando uno mira en términos de potencial de generación de energía, es difícil encontrar tanto en otros lugares: Argentina tiene la segunda reserva de gas no convencional en el mundo; Vaca Muerta, que es cuarta en shale oil; tiene otras cuencas, que son cuencas maduras; tiene la expectativa con el offshore en la cuenca norte. En materia hidrocarburos también tiene un gran potencial. En cuanto a las energías renovables el país también tiene de los mejores lugares del mundo para la generación de energía solar en el norte del país, generación de energía eólica en el sur, tiene un gran potencial en energía hidroeléctrica que también estamos comprometidos a impulsar. En materia de biocombustibles también tiene una gran potencialidad. En energía nuclear, Argentina es un país reconocido en todo el mundo en el desarrollo de la tecnología”.
“Cuando se ve esto, se observa que Argentina es mucho más que gas y tiene mucho para desarrollar para ser un proveedor de energía en el mundo. En este contexto, vamos a seguir apostando a los hidrocarburos, porque la transición energética hay que financiarla. Y Argentina necesita ese financiamiento: por supuesto, planteamos también que aquellas economías que más contribuyeron en emisiones, deben tener la responsabilidad de acompañar al sur global financiando la transición energética. Pero también nuestro país tiene que trazar también una estrategia propia. Y no podemos olvidarnos de los minerales críticos, que son hoy una gran demanda, como el litio y el cobre, también claves para la transición mundial”, agregó Royón.
En ese escenario, la funcionaria hizo mención al rol de las empresas de hidrocarburos en la transición energética: “Argentina definió que el gas es el combustible de la transición energética, porque genera muchas menos emisiones que otros tipos de combustibles. Y Argentina tiene la segunda reserva de gas en el mundo. El rol del gas es fundamental. También versa sobre un concepto de seguridad energética: no solo para Argentina, sino que para los países de la región. Estamos en un trabajo comprometido de mayor integración energética con los países del Cono Sur, y el gas tiene un rol fundamental, porque claramente las energías renovables son importantes, pero todavía hay que resolver la intermitencia de las energías renovables, la restricción que hoy tiene Argentina en materia de líneas de transporte de alta tensión, que claramente estamos trabajando para resolver este desafío. Pero el gas es hoy para Argentina, sobre todo el gas de Vaca Muerta, es el combustible de la transición. Y el que nos va a permitir llevar a Argentina hacia una matriz energética mucho más competitiva”.
“También el desarrollo de Vaca Muerta y el desarrollo del crudo en Argentina es fundamental: porque para la transición, y para cada proyecto de energía renovable, necesita financiamiento. Cuando se encara un proyecto de parque solares o eólicos, también hay que mirar la necesidad de productos importados que estos requieren. Y, al ver por ejemplo la situación del agro, que atraviesa la peor seca de los últimos 80 años, que le restó al país unos u$s20.000 millones, Argentina necesita diversificar su matriz exportadora, su fuente de generación de divisas, y ahí el sector energético ya tiene un rol clave. Esto ya es una realidad. La curva de crecimiento es real y el sector energético va a dar vuelta su balanza y va a contribuir con divisas y en el desarrollo”, subrayó Royón.
La funcionaria también destacó el aporte que el sector energético puede dar a la matriz económica argentina, tanto en nivel de empleo como en valor agregado y desarrollo de proveedores: “Cuando se da la discusión de si hay agregado de valor o no, hay que remitirse a los datos. Claramente en el sector energético, y también en el sector minero, hay un agregado de valor. Hoy cada proyecto en Vaca Muerta tiene un porcentaje de más del 70% de componente nacional. Hay toda una industria nacional detrás. El derrame, no solo en mano de obra, sino también de desarrollo de proveedores locales, genera un valor agregado. Argentina tiene en su industria un know how adquirido y desarrollado importante. Hay una empresa de Mar del Plata que ya está haciendo equipos de fractura, por ejemplo. Hay una industria nacional vinculada. Sin duda, el primer beneficiario del desarrollo de esta industria son los proveedores locales. Además, son sectores donde hay muy poca informalidad y que cuenta con salarios superiores al promedio. Además, es una industria que ayuda a tener un proyecto de desarrollo de país con una mirada federal”.
Royon resaltó además la importancia de la puesta en marcha del oleoducto trasandino, para exportar petróleo a Chile: “Es un proyecto estratégico para Argentina. Hace 17 años que no se utilizaba este oleoducto y comenzó a fluir crudo hacia Chile. Hoy las refinerías argentinas están abastecidas, entonces todo el crecimiento de producción que pueda haber en crudo, va a tener como destino la exportación. Y la exportación de crudo es clave para dar vuelta la balanza energética, que el año pasado fue de casi u$s4.500 millones negativa y para el 2030 esperamos que sea u$s12.000 millones positiva. En ese incremento de exportaciones, además del gasoducto Néstor Kirchner, en materia de oleoductos hay una inversión de aproximadamente u$s1.100 millones en diferentes proyectos: el trasandino, inauguramos hace poco el oleoducto de Sierras Blancas. Ahí está la inversión privada fuertemente comprometida.
Por otra parte, Royon hizo mención a los distintos proyectos de ley destinados a impulsar un mayor número de inversiones: “El proyecto de GNL será enviado por el ministro Sergio Massa en los próximos días, como también el de hidrógeno. Son dos proyectos claves para el sector energético. El marco de los proyectos, en líneas generales, buscan dar estabilidad fiscal por 30 años, porque son proyectos que requieren inversiones relevantes y a largo plazo; garantizar el acceso a divisas, así como también beneficios fiscales, porque Argentina tiene que salir a competir con otros países. Hoy Vaca Muerta está en valores de productividad a la altura de los mejores players del mundo. El objetivo es poder exportar el gas de Vaca Muerta como GNL, porque claramente la transición energética cambió el paradigma. Hoy debemos aprovechar nuestros recursos, pensando en una producción con menores emisiones”.
Finalmente, la secretaria de Energía hizo mención al potencial del litio: “En cuanto a los minerales críticos que se requieren para la transición energética, Argentina tiene para ofrecer proyectos de litio y de cobre. Los proyectos de litio hoy son una realidad: hoy tiene dos proyectos en expansión y seis proyectos en construcción. Argentina tiene una gran oportunidad en ese sentido”.