El patrimonio histórico y el colmo de la historia

 El patrimonio histórico y el colmo de la historia

Pasado, presente y futuro se confunden en una desacartonada práctica actual en la cual lo lúdico no empaña lo educativo.

En mi época, jugábamos a inventar y repetir "colmos". ¿Se acuerdan?

-¿Cuál es el colmo de un bombero?

-¡Tener una hija manguera!

Recordando a aquella niña fisgona que fui, que interpelaba a los adultos sobre casi todo lo que le despertaba curiosidad dentro de los límites de su pequeño mundo, hoy, pregunto:

-¿Cuál es el colmo de la historia?

-¡Haberse vestido a la moda!

Ciertamente, como una enorme paradoja del destino, resulta que el patrimonio se ha modernizado.

Jóvenes y no tanto, locales y turistas, hombres y mujeres, se interesan por los rincones de la ciudad, sus viejas casonas, las puertas de hierro forjado, los llamadores de bronce, los coloridos vitrales, los bares notables, las primeras librerías, los túneles y las cúpulas.

El patrimonio edilicio se descubre con la mirada atenta y se plasma con las cinco cámaras del celular de última generación.

Los ciudadanos tienen el ojo entrenado para la caza de curiosidades y para convertir cualquier momento de la vida cotidiana en una suerte de periodismo exprés.

Mal que nos pese, Instagram, Youtube y Facebook desarrollaron la capacidad de buscar locaciones atractivas para contar una microhistoria en un muro o en un "live".

Todo el entorno urbano en realidad se ha vuelto para el transeúnte ocasional en un potencial escenario de un posible reality de un minuto de extensión.

El arte callejero, los edificios históricos, los pasajes de Palermo, las calles empedradas de San Telmo, y los conventillos de colores de La Boca se vuelven insumo y decorado para satisfacer esa sed de publicaciones instantáneas.

Surge así un nuevo tipo de periodismo "especializado" que no escribe libros, ni hace documentales, sino que se sirve de una variada gama de aplicaciones para dar cuenta de los monumentos, casonas, palacios y lugares de interés para visitar. Con música y todo.

Es una movida muy interesante que se viene gestando hace unos pocos años. Sintetiza lo mas icónico de nuestra historia en una exageración de píxeles y pocas palabras.

La tecnología asila y resguarda a las joyas porteñas, y el patrimonio se deja capturar.

-¿Cuál es el colmo de un techie?

-¡Comprar el último smartphone para viralizar fachadas vetustas!

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